Frédéric Hermel

Tengo que decir que me parece lamentable la campaña en contra de Griezmann que se está orquestando desde hace unos días.

No sólo ha firmado con el Madrid para hacerse fotos de triunfo con relucientes copas sino también para sufrir, resolver problemas y superar los malos momentos.

Será una primera vez y así una ocasión única de hacer historia que vendrá como anillo al dedo en estos momentos de duda en el Real Madrid.

Zidane sabe diferenciar muy bien entre lo que pueda afirmar un aficionado decepcionado al salir del campo y un exfutbolista de renombre como Lineker.

Esta noche el Madrid será ante todo español, o mejor dicho el abanderado de LaLiga. Ésta es una misión que el propio Zinedine Zidane reivindica con orgullo.

Haber conseguido quedarse tanto tiempo en el banquillo de uno de los clubes más exigentes, por no decir el más ‘deslizante’ del mundo, ya es de por sí una gran hazaña.

Zidane dejó muy claro ayer que conoce los límites de su función de entrenador. O mejor dicho los límites que él mismo pone a su misión en el Madrid.

No tiene sentido comparar LaLiga con el resto de campeonatos europeos. Los clubes españoles han ganado 11 de los 12 últimos trofeos europeos.

El apellido Zidane llama tanto la atención en Francia que cuando un Zidane se enfrenta a otro Zidane en un estadio de fútbol la expectación es máxima.

Porque eres fiel, aunque te puedan dar uno que otro disgusto. Porque eres un madridista de verdad. Por todo ello, querido Karim, me alegro de que sigas aquí muchos años.

Tengo un privilegio que me ha regalado la vida: soy francés. Y eso significa que comparto la misma cultura y, sobre todo, la misma lengua materna que Zidane.

Me cansa el debate sobre el nueve. Me cansa porque siempre resulta negativo y, sobre todo, porque ya no sirve para nada.

Ayer Zidane volvió a pedir paz y tranquilidad para Asensio porque sabe de la fragilidad de los superdotados de este deporte.

Este verano durante mis vacaciones en Denia conocí a un importante matemático. Fue apasionante charlar con él de la abundancia de cifras...