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Atlético de Madrid

Raúl García: “Nunca pensé en irme. A mí me gustan los retos”

Raúl García cumple hoy 10 años en Primera. El navarro debutó con Osasuna, donde se formó, ante el Barça (3-0). Tras dos cursos en Pamplona fichó por el Atleti en 2007.

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Raúl García: “Nunca pensé en irme. A mí me gustan los retos”
AStv

—Hoy se cumplen 10 años de su debut en Primera. ¿Qué recuerda de aquel partido ante el Barcelona?

—Fueron momentos bonitos porque era la primera vez que entraba en una convocatoria del primer equipo. Fui al viaje pensando en disfrutar del momento y sin pensar que me pudiera tocar jugar.

—Le hizo debutar Aguirre. ¿Qué ha significado el técnico mexicano en su carrera?

—Ha sido una persona muy importante para mí. No sólo se ha preocupado en lo deportivo, sino también en lo personal. Mi trato con él es más como amigo que como exentrenador.

—¿Cómo fueron sus primeros pasos por Osasuna?

—Empecé allí con 10 años y estuve pasando categorías hasta el primer equipo. Es el club que me formó como persona porque son muchos los años pasados allí. Tengo muy buenos recuerdos de todo aquello. Es un club al que siempre tendré un cariño especial, me lo ha dado todo en cuanto a persona y en cuanto a futbolista. Además, fueron muy buenos en lo deportivo. Una temporada quedamos cuartos y después estuvimos en unas semifinales de la UEFA… Había un equipo muy bueno.

—Empezó a despuntar en Osasuna y varios equipos de la Liga se interesan por usted. Pero usted acaba fichando por el Atleti. ¿Por qué?

—Había otros equipos, pero Aguirre me dio el empujón. Tuve una charla con él y me comentó que quería contar conmigo para el año siguiente. Al final tener aquí a una persona que conoces era importante de cara a dar el paso de salir de mi casa, de Pamplona… Así era todo más fácil.

—Pero sus primeros años en el Atlético no fueron fáciles…

—De los cuatro primeros años los dos primeros fueron buenos. A partir del tercero las cosas fueron más complicadas. Pero los objetivos se iban cumpliendo. El equipo no venía de los años anteriores de una buena etapa, pero nunca me he arrepentido de esos años. Creo que si estoy donde estoy es porque pasé lo que pasé.

—Lo peor de aquella época fueron los pitos del Calderón.

—No es una cosa que me haya preocupado. El que haya pasado por esas situaciones sabe que no es fácil. No es fácil tener confianza, no es fácil jugar… Pero siempre lo he agradecido. Para mí fue una etapa muy dura, una etapa que me hizo madurar muy rápido. Pero estoy agradecido porque me ha servido para ver las cosas de otra manera e ir mejorando.

—¿Qué era lo que pasaba? ¿Por qué no terminaba de gustar a la grada?

—A veces buscar explicaciones es complicado. El equipo jugaba de una manera muy diferente a la de ahora. Era un equipo que se partía muchísimo, los dos mediocentros casi jugaban solos en el mediocampo… Pero nunca he tratado de buscar explicaciones, al contrario. He intentado hacer una autocrítica y mejorar para que esas situaciones no vuelvan a pasar. Pero no porque me piten, sino porque significa que los resultados no están llegando.

—¿Pesó demasiado que en su primera etapa jugara de mediocentro y no en una posición más adelantada?

—Lógicamente ayudó a que no saliese todo bien. Pero el entrenador te pide unas cosas y hay que intentarle dar el máximo posible, independientemente de que te beneficie o no. Hay momentos en los que piensas no hacer lo que te pide para mejorar o beneficiarte, pero no es lógico.

—En esos momentos difíciles, ¿nunca pensó en tirar la toalla e irse del Atleti?

—Nunca. No soy de esos. Soy muy cabezón, soy una persona a la que le gustan los retos complicados porque luego salen mucho mejor. Cuando me fui cedido a Osasuna no fue por pensar que no podía estar aquí. Fue por otras circunstancias que se dieron.

—Y esa temporada cedido en Osasuna le sirvió para crecer.

—Salió todo muy bien. Agradezco mucho al Atleti que me ayudara para tener esa situación. Fue un año en el que me reencontré en todos los sentidos. Me sirvió para liberar esa presión que no sólo se vivía hacía a mí, sino que se vive en este club día a día. A partir de ese año todo cambió.

—Y allí explotó su faceta goleadora, sumando 11 goles en 33 partidos de Liga.

—A Mendilibar le estoy muy agradecido porque me dio muchísima confianza. Me puso en una posición en la que me encuentro mucho más cómodo con respecto a la que antes tenía en el Atleti. No sólo por la nueva posición, también salió todo bien por la ayuda del equipo, las sensaciones que tuve desde el principio…

—Y en verano regresó al Atleti, pero entre continuos rumores de su marcha. Finalmente se quedó, ¿por qué?

—Me gustan los retos complicados, en el sentido de exigencia. Ese año haberme ido sería lo fácil: me voy del Atleti, me olvido de lo que ha pasado, empiezo de cero… Pero todo eso no va conmigo. También es verdad que Simeone me dijo lo que quería de mí. Sabía que no tendría todos los minutos que hubiera tenido si me hubiera ido, pero para mí el Atleti es un club del nivel de los mejores de Europa y tuve claro que quería competir aquí.

—¿Qué significa Simeone?

—Me ha ayudado mucho. De cara a la grada él también ha puesto su granito de arena para que cambiara la situación. Quizá en otros años ese paso no lo había dado nadie. A veces es necesario un golpe de entrenador para que cambien las cosas. Entendió desde el principio dónde podía aportarle muchas cosas y es uno de los que más ha visto eso.

—En su segunda etapa en el Atleti ha vivido las mieles del fútbol: reconocimiento de la grada, títulos… Y hasta ha llegado a la capitanía.

—Todo ha sido completo. Siempre he dicho que no me servía de nada que la grada no me pitara si el equipo no conseguía lo que tenía que conseguir. He aprendido a sufrir yo, pero que las cosas vayan bien en el equipo.

—Y el Calderón corea su nombre y reconoce su trabajo en el campo…

—Nunca ha sido un objetivo. No me importa pasar desapercibido. Lo que quería era cambiar la situación para hacer las cosas bien, que la gente vea que aporto cosas, que soy un jugador importante en el equipo...

—Pero ya ha entrado en la historia del Atleti. Es el jugador rojiblanco con más partidos en Copa de Europa, por encima de Luis.

—No me lo planteo como tal. En el fútbol cuando te retiras es cuando miras para atrás y miras todos esos datos. Ahora me sirve para picarme y seguir mejorando los números.

—Usted ha sido parte activa de una época en la que el Atleti ha ganado todo, menos la Champions. Sólo le queda ese título...

—Todo llegará. El equipo ha trabajado muy bien para conseguir todo lo que ha logrado hasta ahora. Nosotros queremos seguir compitiendo al máximo y cuando me retire se podrá ver hasta donde ha llegado nuestro límite.

—Como guinda a todo esto también le ha llamado Del Bosque.

—Es un objetivo, porque todo el mundo quiere llegar, pero nunca ha sido una obsesión para mí. He tenido siempre muy claro que lo principal es hacer las cosas bien en el club y a partir de ahí puede llegar lo demás.

—¿Cómo vive este momento?

—Estoy contento no sólo por lo conseguido, sino porque cada día tengo más hambre, quiero segur consiguiendo títulos y tengo muchísima ambición.

—Simeone siempre destaca de usted el trabajo. ¿Es su punto fuerte?

—El trabajo es uno de los valores que me han enseñado desde pequeñito y siempre he intentado trabajar al máximo para lograr lo que hoy tengo.

—¿Cuál es el punto básico de ese trabajo que le ha llevado a este momento de su carrera?

—Es un tema mental. La mentalidad que tengo para afrontar las situaciones negativas y positivas me da poder para estar donde estoy hoy. Es complicado mantenerte en un club como el Atleti, con su exigencia. Una de las cosas que más valoro es que mentalmente he madurado mucho e intento tener las cosas muy claras.