"Quiero que el fútbol nos dé de comer a mí y a mi familia"
Decidió salir de Castellón en busca de retos más allá de Tercera División y el Málaga le echó el guante. Hoy es uno de los grandes patrimonios de futuro del Málaga. Fornals, un devorador de partidos de fútbol y entrenador en potencia, atendió a AS tras su debut con España Sub-21.
—Empecemos por el final, por su debut con la Sub-21.
—Estoy muy contento. Ha sido una experiencia muy enriquecedora y muy bonita para mí. Estoy muy agradecido a Celades y a todos los que han hecho posible que estuviera ahí.
—¿Cómo se enteró de la convocatoria?
—Un par de días antes el míster me dijo que tenía opciones de ir y que lo guardáramos con el mayor sigilo. No me hice ilusiones porque no había ido nunca y después el palo podía ser peor. Cuando volví, Gracia me felicitó por mi partido. Ir con la Sub-21 es como me lo había imaginado. Los entrenamientos son con mucho toque, Celades es una gran persona y un muy buen entrenador. Se ha portado bien y ha sido sincero y muy claro conmigo. Me dijo desde el primer momento lo que quería y esperaba de mí. Me pidió que jugase, tocase rápido, me moviese…
—Estuvo bien ante Noruega.
—Eso ya es opinión de cada uno. Me sentí a gusto. Acabé reventado, pero contento.
—¿Quiénes han sido sus principales apoyos en la concentración?
—Dani Ceballos, a quien ya conocía. Luego he cogido mucha confianza con Munir, Carlos Castro… son muy buen grupo y están muy unidos.
—¿Le dijo algo Carlos Castro sobre su mano en el último suspiro del Málaga-Sporting?
—Estuvimos hablando de todo… Y sí, ese tema salió (risas). En Gijón aún se acuerdan de esa jugada.
—¿Qué ha hecho con la camiseta del debut?
—Se la di a mi madre para que la enmarque junto con la del debut con el Málaga. Esos son los dos tesoros que tengo en casa. Esperemos que durante mi carrera pueda conseguir muchos más.
—El siguiente reto es hacerse fijo para Celades.
—Ahora me toca a mí demostrarlo con el Málaga e intentar jugar los máximos partidos aquí para poder volver.
—¿Cómo ha sido el camino para pasar de Tercera División a jugar asiduamente con el Málaga y debutar con la Sub-21 en tan poco tiempo?
—Este es el trabajo que yo he elegido e intento hacerlo lo mejor posible porque quiero que sea esto lo que nos dé de comer a mí y a mi familia.
—Hablemos de su etapa en el Málaga. ¿Cómo se fraguó su llegada al club?
—Esta es mi cuarta temporada en Málaga. Benito Mateo, el hijo del que era el jardinero del club, era el ojeador del Málaga en mi zona. Fue él quien dio el primer informe sobre mí al club. Luego fui a la selección valenciana y ahí ya vino Manel (Casanova) y me vio más gente. Ellos fueron los que me dijeron que el Málaga me quería y apostaron por mí. Estaba en el Castellón, un gran club, pero allí no podía optar a jugar más arriba de Tercera. Decidí venirme y me ha salido bien y estoy muy agradecido al Málaga.
—¿Es cierto que Alexanko quiso ficharle para el filial del Valencia?
—Estando ya aquí lo intentaron un par de veces, pero en ningún momento ni mi familia ni yo consideramos que debía salir de Málaga.
—¿Cómo de difícil ha sido para usted asentarse en el primer equipo?
—Con los compañeros se hace más llevadero. Me han hecho la vida súper fácil dentro del vestuario y dentro del campo. Es diferente porque juegas contra gente muy buena. Pero a tu lado también tienes gente muy buena que te ayuda y te lo hace todo más fácil.
—¿Quiénes han sido sus protectores en el primer equipo?
—Juanpi, que más o menos somos de la misma edad, me ha ayudado mucho. Luego Miguel Torres, Camacho, Albentosa… todos. Es un grupo sanísimo de buena gente y muy unido. Todos se han portado excepcionalmente conmigo.
—¿Camacho es un espejo en el que mirarse?
—Es un jugadorazo. Una gran persona. Estoy aprendiendo mucho de él y de Recio, que también está ahora mismo en un gran estado de forma. Los dos hablan mucho conmigo, me corrigen y me ayudan.
—Del resto del equipo, ¿quién es su ojito derecho futbolísticamente hablando?
—Todos hemos visto el gran estado de forma en que se encuentra Juanpi. Nos está haciendo disfrutar cada partido con sus goles. Charles también… Todos son de admirar.
—A este nivel va a ser difícil retener aquí a Juanpi...
—Si es para mejorar, tenemos que aceptarlo. Yo confío en que si él lo hace será porque piensa que es lo mejor tanto para él como para el Málaga.
—Fuera del campo, ¿qué hace Pablo Fornals?
—Nada diferente a un chico de 20 años. Salir con mis amigos, dar una vuelta, ir al cine, me encanta ver fútbol, jugar a la Play... Las condiciones de vida en Málaga son perfectas para lo que me gusta a mí.
—Dice que ve mucho fútbol. ¿Quiénes son sus referentes?
—Mi jugador favorito es Marco Reus, aunque aquí en Málaga no se puede decir muy alto después de lo que pasó en Champions (risas).
—¿Y en el mediocentro?
—Xavi Hernández. Sergio Busquets ahora mismo es el mejor en su posición. Contiene el juego, corta, distribuye... También me encanta David Silva.
—¿Pablo Fornals estudia?
—Ahora mismo estoy sacándome el título de entrenador. Soy el más joven de la clase (risas). Quise matricularme en un Grado Superior, pero por incompatibilidad de los horarios, para no estar un año sin hacer nada, decidí sacarme el título.
—¿Tiene ya claro qué tipo de entrenador quiere ser?
—Aún tengo muchas cosas que descubrir en el fútbol. Veo lo mal que lo pasan los entrenadores y ahora mismo, si entrenara, me gustaría entrenar a niños pequeños, verlos disfrutar y enseñarles. ¿Mi técnico favorito? No sabría elegir uno.