Deportistas de alcurnia, algunos que se han colado y muchos chinos. De momento, la cosa no parece para cortarse las venas. O sí. Aunque la inauguración se celebra hoy, el fútbol, que va por libre, abrió la competición.

En el partido Brasil-Francia se calcula que había en las gradas aproximadamente un chino, si exceptuamos un grupo de militares que hacía muchos años que no se lo pasaban tan bien.

El gigante está dormido. Curiosamente, estos mismos estadios registran magníficas entradas en las ejecuciones públicas, frecuentes por cierto, pues según Amnistía Internacional 2.960 personas han sido condenadas a muerte y 1.781 ejecutadas en los últimos tres meses. Se llama política de Mano Dura.

Lo dijo Deng Xiaoping (¿o fue el COI?): Gato negro o gato blanco, lo importante es que cace millones, digo ratones.