Si tienen tiempo, revisen sus hemerotecas. Se premia al que encuentre una semana sin una polémica en la que esté metido por medio Darío Silva. Lo que es menos normal es que el uruguayo hable de política. Sería porque no le habían preguntado.
Desde la concentración de La Posta del Lago, donde la bicampeona del mundo (Uruguay) prepara el decisivo choque ante Perú, Darío dejó al descubierto las miserias económicas y sociales de su país cuando le preguntaron por Guillermo Stirling, ministro del Interior. Stirling se despachó con unas durísimas acusaciones contra el combinado de Víctor Púa después de la derrota ante Venezuela en Maracaibo el pasado 14 de agosto: "Los uruguayos vimos una selección sin alma, sin garra, sin vergüenza".
Y se quedó descansando hasta que escuchó la respuesta de Darío: "Nosotros no nos metemos en nada, no opinamos de lo que no sabemos y no decimos que en Uruguay hay gente que pasa hambre, que hay más inseguridad que antes o que el país está mal económicamente". Pues menos mal que no se metía en política. Pero Darío no se paró ahí: "Para hablar de algo tienes que saber y yo no creo que Stirling sepa de fútbol. Si sabe, que venga con nosotros y lo hable cara a cara".
En forma. Incorregible en sus maneras fuera del campo, Darío también lo es dentro. Por eso no se le ha olvidado que la semana que viene, ese titubeante país que tiene en el fútbol uno de sus escapes a una realidad social oscura, se juega no quedarse fuera del Mundial por tercera vez consecutiva. Por eso está siendo, junto a Recoba, el más destacado en la concentración. Ya lo dijo en AS: "Los dos goles que le hice al Betis también quiero hacerlos en Lima".
Y en el horizonte, Darío tiene el Bernabéu, donde se dejó clavada una espina la temporada pasada cuando marcó un golazo y el Málaga acabó perdiendo 4-3. El héroe de la primera jornada ante el Betis aterrizará el jueves en Barajas y podría incluso quedarse en Madrid y esperar a la plantilla en la capital de España para poder descansar. Así podría ahorrarse viajar en el Binter...
