Esta noche la máquina de Luis afronta una prueba definitiva. Enfrente tendrá la pesadilla del Levante. Ettien y compañía fueron los que el año pasado le infligieron al Atlético la primera derrota y le enseñaron el calvario que le esperaba al equipo rojiblanco en Segunda. Una victoria representaría para el actual líder de esta categoría la demostración palpable de que este año es otra historia y que es un bloque que sueña y aspira con cosas muy importantes en un futuro inmediato. La revolución ha sido clara. Con respecto a la anterior campaña, solamente Aguilera sigue en el Atlético. El resto ha desaparecido con respecto a los que fueron humillados en la primera jornada de la pasada temporada. En el partido jugado en el Calderón tampoco pudo ganarle el Atlético al Levante (1-1).

El Atlético de Luis, hasta el momento, se ha mostrado con unos síntomas de superioridad insultantes. Salvo el accidente ante el Racing de Ferrol, todos sus encuentros los ha ganado y ha convencido. Le queda refrendar la asignatura del Calderón. Luis quiere que su campo sea un reducto insuperable para los rivales.

El miedo en el cuerpo. Sabe que ha metido el miedo en el cuerpo a los contrarios y que todos llegan a Madrid con la firme decisión de jugar a la defensiva, y, por lo tanto, faltan los huecos necesarios para llegar adelante con ocasiones de gol. El técnico levantino, Carlos Granero, se ha aprendido la lección y ya anuncia que más que parar a la pareja de atacantes atléticos Correa y Diego Alonso, lo fundamental es ahogar a Movilla. Ha preparado a Descarga como el encargado de anular al cerebro rojiblanco. También habrá vigilancia especial para Stankovic, que por la banda izquierda es el encargado de hacer asistencias que son medio goles.

El partido se anuncia igualado y pendiente de cuando se rompa el empate inicial. El Atlético será el que dé la cara, y el Levante, a la contra, querrá demostrar que también es uno de los gallitos de Segunda.