El Real Madrid tiene en la mano esta noche el pase a la segunda ronda europea. El equipo ha sido serio en Europa, ha mantenido una garra y una tensión excepcional y con los tres puntos del Anderlecht podría relajarse en los encuentros restantes, pues a medio gas estaría en condiciones de defender la primera plaza del grupo. Es un saltito corto en el camino hacia la Novena, pero de una importancia vital. Los sobresaltos son muy malos en la Champions y se pagan caro. Del Bosque, muy sabio en estas situaciones, pidió ayer "profesionalidad" a sus jugadores para salir de las marejadas del vestuario. A pesar de la obligada rotación en la alineación inicial, el conjunto blanco ofrece garantías suficientes para convertir esta noche en una fiesta del gol.
Y visita el Bernabéu un equipo que evoca todos los tópicos de aquellas gloriosas jornadas europeas. El Anderlecht fue el primero en morder el polvo del miedo escénico, el primer mártir de la incipiente quinta del Buitre. Cada vez que pasan por la capital, los belgas se llevan el saco lleno de goles y dejan una sonrisa de amplia satisfacción en el madridismo. Hoy no tendría por qué ser menos. Figo, Raúl, Munitis y Roberto Carlos principalmente garantizan llegada a la portería contraria. No está Zidane, le faltan dos partidos de sanción. El Madrid va a saltar con otro estilo, con otro perfil sin el francés, pero las goleadas al Lokomotiv (4-0) y al Espanyol (5-1) ya provocan la sensación de que habrá festín en el santuario blanco.
El Anderlecht se mueve por la décima posición de la tabla en Bélgica. Un mal síntoma que confirma el bajón del este conjunto con la venta de algunas de sus principales figuras. Habrá que seguir a Stoica y Aruna como principales figuras, aunque los pronósticos anuncian a un bloque miedoso, encerrado y poco menos que rendido de antemano.
El Real Madrid se encuentra ante un enemigo menor, no se puede negar, y una ocasión extraordinaria para revitalizar su moral aún más después de la última mejoría. Europa ha venido siendo el mejor flotador en los momentos de zozobra.
Esta noche Roberto Carlos volverá a buscar el gol con ahínco, porque está muy motivado, con ganas de festejarlo con todo el madridismo. El brasileño quiere salir del tapón en el que se ha metido, pasar la página y dedicarse exclusivamente a lo que mejor sabe: dar espectáculo. Va a ser el jugador del euromorbo, el hombre a seguir. Del Bosque le ha dado toda la confianza del mundo para que salte al césped confiado, reconfortado y espléndido de moral. Su crisis no tiene que ser la crisis del Madrid y esta noche se va a confirmar.
