Invasión balcánica. Tres jugadores de la antigua Yugoslavia han aterrizado este verano en el Real Madrid para unirse a Sasha Djordjevic, avanzadilla y líder del grupo. Son Dusan Vukcevic (Sarajevo, Bosnia-Herzegovina), Zan Tabak (Split, Croacia) y Dragan Tarlac, (Sobor, Yugoslavia). Oleada de talento y espíritu ganador para guerrear en Europa. Todos son naturales de los Balcanes, tierra de altura donde crecieron ya en el siglo pasado muchos de los genios de este deporte que han hecho de Yugoslavia la actual campeona del mundo y de Europa (cinco oros en los últimos siete campeonatos continentales). Scariolo habla de "mera coincidencia". "Son jugadores de gran calidad y válidos para el colectivo, por eso los fichamos; aunque está claro que la escuela yugoslava destaca por mentalidad y técnica".
Calidad suficiente para que el Real Madrid se permita por primera vez en su historia en la Liga ACB prescindir de estadounidenses. Plantilla totalmente europea, más bien, hispano-balcánica: seis españoles, cuatro de Yugoslavia y de sus antiguas repúblicas y... un belga. Dos de ellos (Tarlac y Vukcevic) poseen pasaporte griego, por lo que los extranjeros del grupo son Tabak y Djordjevic, los veteranos, con 31 y 34 años respectivamente y que llevan una vida deportiva paralela. En 1993, al poco de estallar el conflicto de los Balcanes, el destino les unió, a un croata y a un yugoslavo. "Yo jugaba en Milán -habla Djordjevic- y al equipo no le llegaba el presupuesto y nos pidió a mí y a Mike D'Antoni (el técnico) renunciar a parte de nuestro sueldo para fichar a Tabak. Lo hice encantado y nunca me arrepentí".
El propio Djordjevic explica los rasgos diferenciadores de la escuela yugoslava: "Pensamos siempre en divertirnos y practicar un baloncesto atractivo; en nuestra cantera destaca la enseñanza de los fundamentos y la manera de vivir en grupo, por eso me ilusiona coincidir con compatriotas".
La guerra de los Balcanes
El conflicto bélico fraccionó Yugoslavia y separó a sus deportistas, pero no los enfrentó. "Somos profesionales. A veces hablamos, cada uno expone su opinión, pero sin conflictos", asegura Sasha. Tabak dice que "es fantástico volverse a reunir con Sasha". "Ahora, debemos crear un equipo con química y no sólo entre nosotros. La escuela de la antigua Yugoslavia es muy buena, pero hay diferencias entre nosotros. Yo soy un trabajador, en la NBA fui especialista, y nunca me consideraré una estrella, jamás, aunque sé que en el Madrid tengo que anotar".
Vukcevic, que nació en Sarajevo aunque se siente serbio -yugoslavo-, es el único que ha hecho la pretemporada completa y se ha llevado una grata impresión: "Los jugadores españoles de ahora -habla de Lucio, Raúl, los Albertos- tienen también esa mentalidad ganadora yugoslava". Algo que comparte Tarlac, que jugó con Vukcevic en el Olympiakos. Además, el pívot cree que Djordjevic es pieza clave del proyecto: "Nos ayuda a integrarnos y a comunicarnos con los españoles. El objetivo es formar un equipo".
