Los de Luis Aragonés saben que esta mañana se les va a mirar con lupa. En El Molinón van a tener el primer gran examen de la temporada. Los empates ante Salamanca y Recreativo han sembrado dudas sobre la máquina que se había preparado en el Calderón para esta temporada. Ganar al Sporting sería la confirmación de que el Atlético está por el buen camino. Ésta es la grandeza de los favoritos. Aparte de ganar tienen que refrendar domingo a domingo sus victorias con buen juego. En caso contrario, volverán a surgir los nubarrones en la entidad que preside Jesús Gil.

El Sporting tampoco está para muchos lujos. Ha perdido sus dos últimos partidos y otro revés en su casa va a provocar el enfado de la afición, que encima tiene que soportar el martirio de ver al eterno rival, el Oviedo, en los primeros puestos de la clasificación. Las premisas por parte asturiana serán ahogar a Movilla en el centro del campo, tapar las bandas a Aguilera y Stankovic, e intentar pillar a la defensa atlética a la contra.

Luis Aragonés ha insistido en los entrenamientos en la presión que parece haber abandonado el Atlético en la faceta defensiva. Concede muchos metros al adversario y luego le cuesta salir con el balón controlado. La única novedad con respecto al partido del Recreativo será la presencia de Armando por Otero en el lateral derecho y la inclusión de Santi por Hibic, que se encuentra con su selección.

Pocas novedades

Luis no va a cambiar de sistema y seguirá apostando por un patrón tradicional de 4-4-2. Lo que sí pretende es que el equipo tenga más movilidad, no se atasque tanto en la elaboración de la jugada y lleguen pelotas lo suficientemente claras a Fernando Torres y Diego Alonso como para desequilibrar la balanza. El balón va a ser el rey de este encuentro. Si el Sporting se lo consigue esconder al Atlético, tendrá mucho terreno ganado para quedarse con los tres puntos. Si los madrileños se hacen amos y señores del partido, poco bagaje puede ofrecer el Sporting para no caer derrotado.