-El domingo reciben al Tenerife. Es un equipo que puede ser incómodo, ya que, después de su retorno a Primera División, parece que ha encontrado el nivel que se necesita para puntuar fuera de su estadio. Después de lo que se ha vivido esta semana, ¿cree que será especial?

-Sí, y lo será en todos los sentidos. El del domingo será un partido muy especial para todos. Deberemos poner mucho para que los tres puntos se queden en casa. Nosotros tendremos que dejarnos la piel en el campo, y los aficionados, la garganta en la grada. Después de volver de Las Palmas comenzaron a pasar cosas que nunca he llegado a entender. Todos los equipos pueden pasar rachas malas, aunque lo más importante es poder saber salir de ellas.

-Desde su punto de vista, ¿qué valoración haría de la marcha del equipo en este arranque de Liga?

-Estamos en la novena jornada. Después de comenzar ganado ante el Zaragoza, y jugando un partido muy bueno, cosechamos tres derrotas consecutivas, pero no pasó nada. El equipo supo reaccionar, y ahora estamos en la zona media de la clasificación.

-¿Cómo cree que reaccionará el público cuando salgan el domingo al campo?

-El vestuario ha encontrado un equilibrio, pero ahora, más que nunca, tenemos que encontrar un enlace muy fuerte con los aficionados. Ellos son una pieza fundamental en la reacción que el equipo está buscando.

-¿Cree que el entorno está perjudicando seriamente a la trayectoria del equipo?

-De esta manera no vamos bien. Tenemos que ser coherentes y saber dónde estamos. También podríamos entrar a valorar la situación que están viviendo en San Sebastián, o en Madrid. Entre todos tenemos que sacar el máximo partido y poder encarar esto de la mejor forma posible.

-Pero usted es un profesional y sabe que estas cosas pueden pasar en los mejores sitios...

-Eso es cierto. Ahora me doy cuenta de qué manera se vive el fútbol en el Espanyol y en Barcelona. No tiene nada que ver con lo que sucede en otros sitios, en los que, en principio, las cosas se toman con más tranquilidad.

-¿Qué quiere decir?

-Pues que desde la pretemporada parece que hay un entorno no muy positivo. El míster está recibiendo cada día mensajes negativos, mientras que en el entorno con el equipo siempre se está generando un climax de negatividad, que no ayuda para nada.

-¿Entonces?

-Pues lo que se va recibiendo no es nada positivo. Queremos trabajar con tranquilidad, aunque parece que las cosas se complican por cualquier cosa. Una pequeñez se hace una montaña.

-Su presencia en el equipo titular parece ya segura, después de comenzar el curso en el banquillo. ¿Eso le da tranquilidad?

-En un equipo de fútbol nunca puedes dormirte en los laureles, aunque ahora parece que sí, que me he asentado un poquito más. Para mantenerse en el equipo no puedes bajar la guardia, por lo que tienes que trabajar mucho. Poco a poco vas cogiendo un nivel óptimo, que en el fondo, cuando vuelves a un sitio, es lo que buscas.

-Y, después de este inicio de temporada, ¿cómo se está encontrando con un equipo totalmente nuevo y con un sistema con dos pivotes en el centro del campo?

-Bien. Lo que buscamos todos es jugar. Cuesta, ya que este equipo está formado por gente de la casa, que cuando llegan al primer equipo, saben cómo apretar los dientes para mantenerse en el equipo.

-Entonces, ¿la lucha es muy dura?

-Evidentemente, aunque todos los que formamos la plantilla entendemos que para jugar la primera condición es sudar, y mucho, la camiseta.