El tabaco y la tensión pudieron con Cruyff

Fútbol | Reportaje

El tabaco y la tensión pudieron con Cruyff

El banquillo del Barça, de los más peligrosos del mundo.

Mucho temperamento, cantidades ingentes de tabaco y la emoción de ser el forjador del Dream Team pudieron con el corazón de Johan Cruyff. El Flaco holandés tuvo que cambiar su sempiterno pitillo por un chupa-chups que le calmaba sus ansias de fumar después de sufrir una insuficiencia coronaria grave que le llevó a pasar por el quirófano en 1991.

José Luis Núñez fichó a Cruyff en 1988 para sustituir a Luis Aragonés e intentar acabar con la racha de tres Ligas consecutivas que había encadenado el Madrid. En febrero de 1991 mantenía un duro enfrentamiento con uno de los hombres carismáticos de la plantilla: Julio Salinas. Además, el Barça era primero. La tensión se respiraba en el club azulgrana. Tanto que el 27 de febrero tuvo que ser ingresado de urgencia en la clínica Sant Jordi para ser intervenido. El banquillo del Barça pasa por ser uno de los más peligrosos del mundo. Rinus Michel, Hennes Weissweiler y Helenio Herrera, que pasaron por él, pueden dar fe de ello.

Pero Johan Cruyff fue fiel a su espíritu guerrero. El 7 de marzo fue dado de alta, volvió entrenar pese a la opinión de los médicos y terminó ganando la Liga. "Cruyff tiene lo que un psicólogo definiría como `personalidad A´, es decir, es un ganador nato. Cuando le ocurrió era normal que le desaconsejaran volver, pero ahora estos casos se solucionan con medicación y prevención", explica el doctor González Ruano.