Triste adiós de Abel Antón y Martín Fiz

Atletismo | Millennium Marathon

Triste adiós de Abel Antón y Martín Fiz

Triste adiós de Abel Antón y Martín Fiz

El soriano, con calambres, estuvo a punto de no llegar a la meta y acabó el 17º. El vitoriano fue el 11º y recibió tres litros de suero.

No se sabe si lo de ayer fue un funeral, pero desde luego no fue una fiesta. Por mucho que el público aplaudiese a sus héroes, que decían adiós después de años de pasearse gloriosamente por el mundo, el Millennium Marathon de Madrid deparó una triste despedida a Abel Antón y Martín Fiz, dos campeones mundiales, dos de los hombres a los que el atletismo español más debe. Llegaron a la meta destrozados y necesitaron asistencia médica.

Tres litros de suero se le pusieron al vitoriano, al que también se controló cardiológicamente. El de Soria llegó cojo a la meta, con calambres. La gente aplaudió el esfuerzo de ambos y reconoció su tenacidad y valentía, pero lloró un poco por ellos. Fueron terriblemente derrotados, sufrieron como condenados, padecieron como nunca y sus muecas de dolor contrastaron ayer con aquellos gestos victoriosos de Helsinki 1994 y Gotemburgo 1995 (Fiz, campeón europeo y mundial), Atenas 1997 (oro mundialista para Abel y plata para Martín) y Sevilla 1999 (título del mundo para Antón, en casa, en loor de multitud). Era el último día maratoniano para ambos, y fue el más triste.

La victoria la consiguió el italiano Stefano Baldini, campeón continental y bronce en los Mundiales de este verano. Se dosificó primero y atacó después. Un gran triunfador en una mañana bochornosa, en un circuito engañoso y en una ciudad en altitud. Fiz hizo la segunda peor marca de su vida, pero peleó como siempre. Y luego, mucho más atrás, Antón, que hasta mitad de carrera estuvo en el grupo de cabeza, pero que en el kilómetro 23 empezó a tener molestias. Después pasó un vía crucis camino de una meta casi inalcanzable. Martín le alcanzó en el kilómetro 30. Le pasó como el Ave a un mercancías. Luego, un calvario para ambos. Antón llegó a pararse y no se retiró porque en su homenaje el corazón le prohibía hacerlo. Terminó en la peor marca de su vida y a punto estuvo de ser alcanzado por la etíope Fatuma Roba, oro en Atlanta 96 y primera mujer ayer. Abel y Antón cobraron 54 millones fijos.

Se había preparado un circuito e invitado a grandes atletas para hacer la mejor marca de maratón en España, pero permanecen los 2h 09:48 del marroquí Serroj (Barcelona 98) y los 2h 26:59 de la coreana del norte Jong Song-ok (Mundiales de Sevilla). Cerón y Pinto, ni aparecieron entre los mejores.

A partir del kilómetro 20 hubo pocas esponjas en los avituallamientos, lo que perjudicó mucho a los corredores. A nivel popular hubo 6.000 inscripciones, 2.000 menos que en el maratón clásico de la ciudad.