El crédito de Rojo se agotará en Valladolid

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El crédito de Rojo se agotará en Valladolid

El crédito de Rojo se agotará en Valladolid

JAVIER BELLVER

El técnico no sobrevivirá si el equipo no reacciona en tres jornadas.

La crisis del Zaragoza alcanza ya proporciones tan gigantescas que será difícil que Chechu Rojo consiga escapar a la hoguera. Pero la continuidad del técnico no depende de lo que suceda mañana en el Ruiz de Lopera, ni tan siquiera de la próxima visita del Real Madrid a La Romareda. El crédito de Chechu Rojo durará hasta el partido frente al Valladolid (18 de noviembre). Si en tres jornadas el equipo no reacciona, su destitución está más que cantada.

Alfonso Solans calificó de "injustificable" la eliminación ante el Servette, pero se resiste a tomar una medida drástica. Ayer, su mano derecha, el director-gerente, Jerónimo Suárez, explicaba que "estamos tan hundidos como la afición, pero nuestro cargo nos obliga a reflexionar con calma y a tomar las decisiones más convenientes para la entidad".

"Si el relevo del entrenador fuera la solución, ya se habría tomado. Pero la historia nos dice que los cambios de técnico no aseguran los buenos resultados. En la mayoría de los casos son para peor. Mantenemos una confianza plena en Rojo, tanto personal como profesionalmente, y estamos convencidos de que el equipo cambiará e irá hacia arriba", añadió el directivo zaragocista.

Sin embargo, las palabras de Solans o de Suárez de nada servirán si el equipo continúa sumando decepciones. Eliminado en menos de un mes de la Copa del Rey y de la Copa de la UEFA, el Zaragoza es ahora mismo un conjunto derrumbado y sin pulso. La afición ha elegido a Chechu Rojo como único culpable, pero lo cierto es que los refuerzos o se han lesionado o no han dado la talla, en el campo faltan líderes que se echen el equipo a la espalda y el déficit en la delantera es monstruoso: un gol en los últimos seis encuentros oficiales. Demasiados problemas para solucionarlos únicamente con un cambio de entrenador.

Aun así, Rojo tendrá tres jornadas para enderezar la situación y lograr que el equipo reaccione. Aunque nadie lo confiesa en público, su crédito se agotará en Valladolid.