Hoy arranca en serio la gran batalla en el terreno de juego, los difíciles tramos británicos, pero los dos favoritos han iniciado mucho antes las escaramuzas en los medios de comunicación. Colin McRae y Richard Burns, los dos grandes candidatos al título que se decidirá en Gran Bretaña este fin de semana están en plena guerra psicológica.

El hombre que cederá la corona este fin de semana, Marcus Gronholm, comenzó la batalla al pronosticar que "Burns es el favorito porque ha ganado las tres últimas veces", a lo que McRae le contestó que "eso ha sido porque yo me he retirado estos tres últimos años, porque si no...". Y fue más allá: "Prefiero que gane Makinen antes que Burns y así seguiré siendo el único campeón británico de la historia".

Burns sufrió un accidente mientras probaba el coche el pasado fin de semana con su novia Zoe de copiloto y en ese momento abrió la caja de los truenos: "McRae es como Lara Croft, un personaje irreal. Está tan hinchado que no entiendo cómo puede entrar en el coche".

Y con este ambiente se inició ayer la gran batalla final con una superespecial, aunque será hoy en los bosques de Gales donde se comience a ver quién es quién en el final de Mundial más apasionante de la historia.

Mucho más comedidos están Makinen y Sainz, los otros dos aspirantes, conscientes de sus menores posibilidades. El finlandés, muy cerca del líder en la clasificación, sigue con los problemas de juventud del nuevo Mitsubishi Lancer, y estrena copiloto, Kaj Lindstrom, ya que el suyo habitual, Risto Mannisenmaki, continúa recuperándose de las lesiones de Córcega.

Para Sainz el problema es que necesita tres carambolas, y por eso asegura que se dedicará a ayudar a Ford a lograr el título de marcas, que también se decide frente a Peugeot. Los pilotos del León, Gronholm y Rovanpera, no sólo pelearán por su equipo, sino que también pueden convertirse en los árbitros de la lucha por el campeonato de pilotos.