El Cross de la Constitución de Alcobendas estrenó escenario (nuevo circuito, más duro, muy seco) pero los papeles a representar por los actores fueron los mismos de siempre: los africanos encarnaban a los ganadores, que siempre van en cabeza, y los europeos a los perdedores, que les persiguen con voluntad encomiable, pero sin cazarlos nunca. Cuando alguna vez se produce la excepción, es como si el apuntador hubiera dictado los diálogos exactamente al revés. No suele suceder casi nunca.
Ayer no hubo cambios sobre el libreto previsto. Los africanos, kenianos, como suele ser habitual, rompieron la carrera a placer, y los demás se defendieron como pudieron. Ganó Abraham Chebii, líder mundial del año en 10.000 metros en pista, que batió al sprint a su compatriota Enoch Mitei, al que obligó, con su pasividad, a hacer todo el gasto. Abraham, keniano cristiano, hizo valer su velocidad. No en vano proviene del mediofondo: tiene 3:55.31 en la milla, 7:45.63 en 3.000 y 13:01.9 en 5.000. Subir a los diez kilómetros fue una decisión de este mismo año y su mejor marca mundial no le sirvió ni siquiera para que su país le seleccionase para los Mundiales de Edmonton. La competencia es feroz en las altiplanicies kenianas.
¿Y los españoles? Julio Rey, un maratoniano que también se apaña bien en el cross, terminó el octavo y Vicente Capitán, que hizo una carrera muy inteligente, de atrás adelante, entró un puesto por detrás. José Ríos, mejor marca europea de 10.000, no planteó batalla y se limitó a finalizar el vigesimocuarto.
También entre las chicas las mejores fueron kenianas. Venció Leah Malot, dos veces sexta en el Mundial, con el mismo tiempo que su compatriota Rose Cheruiyot. La mejor española fue Beatriz Santiago, séptima.
