Fabio Rochemback y Geovanni Deiberson prestaron declaración ayer ante el director general del Barça, Javier Pérez Farguell, el director deportivo, Anton Parera, y el secretario de la junta, Josep Maria Coronas, por su retraso de un día al reincorporarse tras las vacaciones navideñas. Los brasileños llegaron a las oficinas del club por separado y no estuvieron más de media hora en el interior.

Al abandonar las instalaciones, Geovanni se negó a comentar lo tratado con los directivos: "Es un asunto interno, no quiero hablar de él. Acataré lo que decida el club y pido perdón por haber llegado tarde". El centrocampista espera estar de nuevo a disposición del entrenador para el próximo partido, contra el Sevilla.

Asunto zanjado. Rochemback habló con palabras parecidas a las de su paisano: "Expliqué todo, y para mí está muy claro: me olvidaré de este asunto y me centraré en seguir trabajando con mis compañeros. De lo hablado en la reunión no diré nada, porque es un asunto interno. Aceptaré lo que decida la directiva". Geovanni y Rochemback no entienden como un castigo el haberse perdido el partido ante el Zaragoza por decisión de Carles Rexach.

El club emitió un comunicado en el que no explicaba si castigará o no a los tardones. Ahora fijará la cuantía de la multa con que sancionará a los brasileños, que oscila entre los 3.000 y los 30.000 euros (entre 500.000 y cinco millones de pesetas).