Marcos, tú eres grande

Viéndote el sábado pidiendo con desparpajo la camiseta de Zidane nos sorprendiste. Conociendo hoy tu fe inquebrantable hacia un deporte grande como es el fútbol, nos has emocionado. Tú quieres volver a jugar al fútbol, y lo harás. Seguro. Con la misma confianza que pediste la camiseta al mejor jugador del mundo, debes empeñarte en disfrutar jugando con tus amigos. No te preocupes porque no hayas podido comenzar la temporada. Así llegarás más fresco al final, y con más ganas. Te voy a contar más. Hace cinco años acudí al Hospital del Niño Jesús, donde te tratan magníficamente los médicos. Fui con Zamorano para regalarle su camiseta a un niño que tenía un problema parecido al tuyo. Esa camiseta hizo mucho más que mil medicamentos.

No olvides nunca el gesto de Zidane, pero tampoco la pelea diaria de tus padres y el orgullo que sintieron cuando fuiste correspondido por una de las llamadas estrellas. ¿Y sabes por qué sintieron eso? Porque tú eres realmente la estrella, para ellos y para nosotros. Seguro que para Zizou también eres el más grande. Abre bien esos ojazos y no pierdas detalle de nada desde el Palco, cuando acudas a ver el próximo partido invitado por tu club. Merece la pena. Pero luego sigue en tu pelea, sigue acudiendo a tu localidad y anima como lo has hecho siempre. Eso te ayudará a seguir creyendo en un deporte que te dará muchas más alegrías.