En Burkina Faso todo el mundo recuerda que a finales de los años cincuenta (1958 ó 1959, según las fuentes) un ciclista llamado Kanga murió en un extraño accidente. Es raro que hasta hoy mismo persista en la memoria colectiva de todo un país, antes llamado Alto Volta, el fallecimiento accidental de un corredor desconocido. "Algo fuera de lo común debió pasar", piensa Pietro Cabras, redactor del diario italiano Corriere dello Sport, que investiga un suceso que podría estar en la clave de la muerte de Fausto Coppi, que habría fallecido no a causa de la malaria, sino de un envenenamiento. Una venganza producida tiempo después en la persona de Coppi, que nada tenía que ver con la muerte de Kanga, pero que era el más conocido de los corredores mundiales. Y pagó por ello.

"Estamos buscando testigos en África que nos aporten pruebas de lo que pasó. El único periódico existente en aquella época lo publicaba el Ejército. Estamos intentado localizar ejemplares de entonces, pero no es fácil", cuenta Pietro Cabras.

El padre Adrian, de 75 años, residente en Koubri, en Burkina Faso, ha confirmado la historia publicada por el Corriere dello Sport: En efecto, hubo un africano muerto y la venganza de la gente de su pueblo se cebó en Fausto Coppi, que murió el 2 de enero de 1960. Entonces se pensó que a causa de la malaria, pero hoy se sospecha a causa de un envenenamiento con productos vegetales.

La fiscalía de Tortora ha abierto una investigación "contra desconocidos" y tomará declaración a Raphael Geminiani, compañero de Coppi en aquellos tiempos, y a Ettore Allegri, su médico.