Todo el mundo ayuda al Madrid

Todo el mundo ayuda al Madrid

Ya saben la letanía: los árbitros son del Madrid (aunque pasara lo de Tenerife), los comités son del Madrid (aunque haya pasado lo de Rivaldo y Romero), el bombo es del Madrid (aunque el Figueres le toque al Depor), Aznar es del Madrid, el Rey es del Madrid... Tremendo. Incluso Zidane es del Madrid. Llegados a ese punto, encima el Madrid tiene aliados en las instancias que deberían combatirle. Para un día que no gana, Barça y Valencia pierden, y convierten el empate de Málaga en un resultado apañadito. Estamos ante un complot de tan amplio espectro como el que acabó con la vida de JFK.

Decía ayer que al Madrid le trastornó un poco el follón de la semana. Algunos de sus jugadores salieron demasiado bravos y otros demasiado apagados. Todos distraídos. Pero, de otra manera, el lío también ha afectado al Barça y el Valencia, los clubes desde cuyo entorno más voces indignadas se elevaron. Y es que no hay como la coartada victimista para desactivar a un equipo. El fútbol es difícil. Es duro, es cansado, cuesta no desfallecer. Déle excusas a un jugador o a un equipo y aflojará. Al Barça y al Valencia les han dado excusas y han aflojado.

En realidad, eso de la coartada victimista es lo que ha reducido el papel histórico del Barça a su dimensión real: una Copa de Europa frente a ocho. El camino bueno es ignorar las injusticias del azar (una de cuyas formas es el arbitraje) y poner uno de su cuenta los mejores medios. El camino malo es repetirse como una letanía que al rival se le conceden favores y que juega con ventaja, porque eso equivale, justamente, a darse por vencido. Véase: el Barça mató su racha en Vallecas. El Valencia salió pitado por su afición. Y ahora están más lejos del Madrid que el sábado.