Fernando Torres no ha marcado demasiados goles esta temporada, tan sólo seis, pero uno de ellos le proporcionó ayer una jornada de folclórico homenaje.

La peña atlética de Corral de Almaguer (Toledo) premió al delantero por haber sido el autor del primer gol rojiblanco de la presente temporada. El tanto que logró ante el Jaén el pasado 25 de agosto le reportó a Torres algo más que el abrazo de sus compañeros. En concreto, su peso en vino y su edad en kilos de jamón que, para no andar cortando lonchas hasta cuadrar los 17 años del Niño, se convirtieron en 24 kilos para refrendar esa sensación de día grande para la población manchega que desprendió toda la fiesta.

Fernando acudió al acto acompañado de su familia, Luque y Amaya. Y sus compañeros parecieron divertirse más que el protagonista, sobre todo al verle tambalearse nervioso en la balanza. Habrá quien diga que era un miedo un tanto injustificado, pero no está el Atlético como para que un traspié tonto le deje sin su figura. Y él lo sabía. Un profesional.

Y como un profesional se comportó Torres rodeado de trescientas personas deseando disfrutar de un momento con su ídolo. No perdió la sonrisa en ningún momento, partió la tarta, se hizo fotos con todo el mundo y no paró de firmar autógrafos a los que, no podía ser de otra forma, fueron los protagonistas: los niños. Al final hasta le cogió el gusto y a la hora de agradecer el premio no dudó: "Espero volver el año que viene". Y en Primera, le faltó añadir.