¿Cómo llega el equipo a la recta final del campeonato?

Bien y con ganas de conseguir uno de los objetivos que esperan nuestros aficionados. La UEFA sería un buen premio para todos.

¿Y usted? ¿Cómo lo hace?

Como el resto de los compañeros. Con muchas ganas e ilusión.

¿Qué tiene que hacer el grupo en los partidos que restan?

Salir a comerse el césped y todo lo que se nos ponga por delante. Es la única solución que tenemos para llegar a donde nos hemos propuesto. No tenemos los 45 puntos que nos exigimos, por lo que el trabajo no está acabado.

La Selección de Camacho está llamando a su puerta...

¡Dios te oiga! Me gustaría tener continuidad. Eso sería muy importante, ya que se acerca el Mundial. Además, el viernes hay lista de convocados.

¿Y?

Pues nada (ríe).

¿Le quita el sueño el combinado nacional?

No, aunque tengo que reconocer que me pasa por la cabeza. Lo que es verdad es que en caso de poder ir sería un premio del que me gustaría disfrutar mucho. En el fondo, quien siembra al final recoge.

¿Está preparado para dejar el Espanyol?

No se me pasa por la cabeza, aunque en caso de tener que tomar una decisión creo que sí.

Entonces, ¿ha recibido alguna oferta de alguno de los equipos grandes?

Yo no sé nada. Sólo he leído alguna cosa en la prensa, aunque mi agente no me ha dicho nada.

Quedan ocho jornadas para que acabe la temporada. De ellas, el Espanyol tiene que visitar campos muy importantes como Mestalla, Riazor y el Camp Nou. Casi nada, ¿no?

Nuestros números fuera de Montjuïc no están siendo muy satisfactorios, aunque tal y como está la Liga, en esos partidos podría pasar cualquier cosa.

¿Cómo romper, de una vez por todas, el gafe en el Camp Nou?

Por ejemplo, consiguiendo la clasificación para la UEFA en campo del Barcelona. Sería el sueño de todo el equipo y de todos los aficionados del club.

Y tal como se presenta el final de Liga por la zona alta, ganar en Mestalla o Riazor, ¿qué significaría?

Pues de todo menos una sorpresa. Esta es la gracia de nuestro fútbol.