Solans ordena una economía de guerra

Primera | Zaragoza

Solans ordena una economía de guerra

Solans ordena una economía de guerra

javier bellver

No habrá grandes fichajes y se atenderá cualquier oferta.

En esa pretendida refundación que ha anunciado el presidente zaragocista Alfonso Solans, la contención del gasto y el equilibrio financiero volverán a condicionar de arriba a abajo el proyecto deportivo de la próxima campaña del club maño.

El objetivo, claro está, es ascender, pero sin variar un ápice la actual forma de administración que tiene del club. Es más, sin los suculentos ingresos por televisión, el presidente del Real Zaragoza S. A. D. no quiere recurrir a créditos y desea implantar una economía de guerra, más restrictiva que nunca en estos tiempos difíciles en lo deportivo. Contrariamente a lo que se suponía en principio, ni habrá grandes fichajes ni tan siquiera contrataciones atractivas para reforzar la plantilla y conformar un equipo que arrase en la Segunda División. Así se lo anunciará hoy Alfonso Solans a su Consejo de Administración. En la reunión, de un marcado carácter financiero, se decidirá también el nombre del futuro entrenador del Real Zaragoza. Son varios los nombres que se barajan para ocupar el banquillo de La Romareda en la temporada 2002-03. En la lista de candidatos se encuentran los nombres de Paco Flores, Bernd Schuster, Sergio Kresic, Lucas Alcaraz y el propio Marcos Alonso.

En el Zaragoza nadie se siente con autoridad para rebatir las intenciones del presidente de cara a planificar la próxima temporada. De hecho, el máximo mandatario zaragocista ya ha dado orden al director-gerente Jerónimo Suárez, su voz en el día a día del club, de que atienda cualquier oferta que llegué al club por los jugadores de la plantilla. El propio presidente le ha comunicado a Roberto Acuña que será vendido al mejor postor y ha ordenado que se negocien cesiones a bajo precio o incorporaciones de jugadores que finalicen contrato con el consiguiente coste cero para el club. Es decir, vender antes de comprar y después comprar al mínimo coste posible, a poder ser sin coste alguno.

La austeridad caracterizará el proyecto deportivo en Segunda. Eso sí, escasa inversión, pero con la máxima exigencia deportiva.