El hombre del cambio es Miguel Pardeza. El presidente del Real Zaragoza SAD, Alfonso Soláns, quería una figura de prestigio indiscutible para liderar su pretendida refundación del club y ayer, tras analizar junto al resto del consejo de administración los proyectos de los dos candidatos, se decidió definitivamente por Pardeza como nuevo director general deportivo del club. La elección de Pardeza estaba cantada, porque su respaldo popular es impresionante y, sobre todo, porque su proyecto global de dirección deportiva ha calado más profundamente que el de José María Amorrortu. Hace meses que el presidente consideraba a Pardeza como el mejor candidato posible, pero ordenó que se le presentara una alternativa. Y ahí surgió el nombre de Amorrortu, al que todos han visto como un profesional más preparado para coordinar la Ciudad Deportiva que para ejercer un cargo similar al de Jorge Valdano en el Rea Madrid.

Ya en el período de exposición de proyectos, la comisión delegada por Alfonso Soláns para la ocasión (los consejeros Lacasa y Vitoria y el director gerente Suárez) corroboró que la propuesta de Miguel Pardeza tenía una consistencia y un empaque muy superior al de Amorrortu. Pardeza fue un futbolista de gran prestigio y elevado currículo que, además, siempre contó con el cariño de La Romareda, conoce todos los entresijos del club y los gustos de la afición, y posee una amplia formación académica y una enorme capacidad para comunicar.

A partir de hoy comenzará la verdadera negociación, porque con Pardeza no se ha hablado todavía ni de salario ni de atribuciones profesionales. El cargo es de nueva creación en el Real Zaragoza y quedan por delimitar muchas funciones y responsabilidades. Lo que sí está claro es que Miguel Pardeza, que podría estrenar su cargo esta misma semana, tendrá plenos poderes deportivos. Es decir, confeccionará la primera plantilla, decidirá las altas y las bajas, será una correa de transmisión entre el presidente y los jugadores de la plantilla maña.