Mientras Louis van Gaal estaba trabajando durante el pasado invierno con la Selección holandesa en su país, las cosas le iban de maravilla al filial azulgrana. Líderes durante toda la temporada, y haciendo un fútbol (sin ningún tipo de duda) mejor que el del primer equipo, el filial culé se las presumía muy felices para retornar a la categoría de plata del fútbol nacional. Pero no. Con la sombra del holandés en el horizonte del barcelonismo, parece que ha retornado ese gafe, que ya les envió a Segunda B, ahora hace tres temporadas, después de caer ayer en el Mini ante el Valencia B. Con esta derrota, a los jóvenes azulgrana no les queda más remedio que sumar los seis puntos que restan para acabar la promoción de ascenso si no quieren ver como el Compostela, que arrastra graves problemas económicos, es el equipo que consiga esa plaza.

Los che aprovecharon un error de Dani Tortolero para ponerse en ventaja, después de una magnífica jugada de Jandro, que batió de tiro a cruzado a Víctor Valdés. Éste se lució en el tramo final e impidió que el triunfo blanco fuera más amplio.

Al equipo de Quique Costas le faltaron ideas. Parte de los aficionados lo atribuían al calor, aunque esa excusa no era nada válida: los levantinos también la padecían. Pese a todo, el Barça B intentó lo imposible y puso cerco a la portería de un inspirado Rangel. El portero fue el mejor de su equipo, aunque nadie podrá negar que se graba los partidos del equipo de Rafa Benítez. Es la viva imagen de Santiago Cañizares. Menos el pelo teñido, el meta tiene copiados todos los movimientos del internacional español. Sabe como sacar de quicio a los aficionados culés, además de detener los penaltis a mano cambiada, como hizo ayer al zurdo Jofre Mateu.