Ilhan mata al León

Cuartos de final | Senegal 0 - Turquía 1

Ilhan mata al León

Ilhan mata al León

reuters

Un gol de oro lleva a Turquía a semifinales ante un Senegal inoperante y podrá tomarse la revancha ante Brasil y Rivaldo.

Turquía convirtió a los Leones senegaleses en inofensivos corderitos segovianos y se encaramó, por vez primera en su historia, a las semifinales de un Mundial, un evento al que no acudía desde 1954. Un gol de oro de Ilhan Mansiz, ese mismo por el que estuvo interesado la Real Sociedad, despedazó el sueño de millones de senegales, africanos y franceses y mandó al baúl de los recuerdos el progreso del fútbol del Continente Negro.

El partido fue, sencillamente, un ladrillo insufrible. Es posible que los aficionados turcos y senegaleses no pudieran levantarse de la silla por lo que había en juego, pero un encuentro como el que ¿disputaron? Senegal y Turquía aburre a las ovejas y quita lustre a unos cuartos de final de todo un Mundial.

La primera parte fue un poco más entretenida que la segunda. Senegal intentó aprovechar su velocidad en los primeros instantes, pero se quedó sin fuelle sobre el minuto 20, cuando el espantoso colegiado colombiano Óscar Ruiz (¿alguien le habrá explicado a este hombre que existe una cosa que se llama ley de la ventaja?) anuló correctamente un tanto de Henri Camara por un fuera de juego claro.

A partir de ese momento, el encuentro degeneró en un cúmulo de imprecisiones de las que sólo se salvaba la zurdita de Fadiga, que de vez en cuando hace cosas maravillosas, la impresionante presencia de Bouba Diop y el trabajo incansable de Hasan Sas. En una de esas estábamos cuando Hakan Sukur se convirtió en el hazmerreír del fútbol mundial al fallar una doble ocasión que ya la quisiera para sí Cardeñosa.

El otrora Toro del Bósforo encaraba a Sylva en velocidad y, en cinco metros, perdió los tres de ventaja que tenía sobre Malick Diop. Aún así, dejó el balón a Hasan Sas, que se inventó un gran pase al propio Sukur dentro del área pequeña que éste no acertó siquiera a rematar. Este toro ni embiste, ni muge, ni tiene casta, ni trapío, ni ná de ná. Es un paquete, con perdón.

El primer acto se cerró con dos ocasiones, una para cada equipo, salvadas en la línea de gol por Daf y Alpay a remates de Bastürk y Diouf, respectivamente. Y llegó el descanso. No sé lo que sucedería durante el intermedio, pero los dos equipos saltaron al césped para la segunda parte con la luz de reserva encendida. Las botas eran de plomo, la cabeza no le funcionaba a nadie y el partido se convirtió en un correcalles en el centro del campo. Como muestra, decir que Senegal chutó seis veces a puerta en todo el partido y Turquía, cuatro contando el gol.

En la prórroga, casi nada que contar. A los cuatro minutos Ilhan Mansiz, que había sustituido al inoperante Sukur, enganchó la primera oportunidad de la que dispuso tras un buen centro de Umit Davala, echó el telón al partido y por fin nos pudimos echar la siesta. Ahora, a Turquía le espera Brasil el próximo miércoles por una plaza en la gran final de Yokohama. Y, lo que es más importante, tendrán una oportunidad de oro para vengar la injusta derrota en la primera fase ante los de Scolari.

A vengarse de Kim Young Joo

Turquía tendrá la oportunidad de resarcirse en semifinales del pésimo arbitraje de Kim Young Joo ante Brasil en la primera fase. El árbitro surcoreano se inventó un penalti que le dio la victoria a los de Scolari y se comió la simulación de Rivaldo.