Las motos han evolucionado una barbaridad, los motores cada vez son más potentes, la informática es una útil herramienta de trabajo, las medidas de seguridad son mejores y los pilotos se han profesionalizado. Todo eso ha ocurrido con el paso de los años y, sin embargo, hay algo que aún perdura en el Mundial de motociclismo desde el 3 de julio de 1977.
Se trata del récord de velocidad media en una vuelta, marcado por Barry Sheene a los mandos de su Suzuki en el trazado belga de Spa-Francorchamps a 220,720 kilómetros por hora. Como el simpático inglés dice, "nadie rodará tan rápido como Sheene en el 77, hoy es imposible hacer una vuelta con ese promedio".
Tiene razón, y de su hazaña hace ya 25 años. Razones para explicarlo hay y el exponente más claro de por qué ese récord perdurará en el tiempo es el escenario en el que recala el campeonato este fin de semana, justo antes de su parón veraniego de cuatro semanas. El trazado alemán de Sachsenring en el que se inicia la cuenta atrás (el GP de Alemania es el noveno de los 16 del calendario) es casi más una pista de karting que un circuito de motos y nada tiene que ver con aquel de Bélgica, cuyo trazado era un triángulo de catorce kilómetros entre tres pueblos casi en línea recta.
Sheene lo ve así: "Los circuitos de ahora no tienen nada que ver con los de antes, aunque no por eso le quita mérito a las velocidades a las que íbamos porque las motos de ahora también tienen más potencia que las nuestras y son bastante más fiables y seguras".
No hay más que comparar los neumáticos que calzaban antes sus máquinas con los que hoy montan los aparatos de Rossi, Checa, Biaggi y compañía, mucho más desarrollados.Esta pista germana, situada en la antigua Alemania Oriental, sufrió reformas en los dos últimos años y aún así es la que menos gusta a los pilotos de la clase reina por llevar las motos menos ágiles. El año pasado, la vuelta rápida aquí la marcó el japonés Shinya Nakano, con 153,607 km/h. Como se aprecia, un mundo separa esa velocidad con la que promedió Sheene en el 77. Quizá ahora ganemos en emoción.
En 2001, la velocidad punta tope fue la registrada por Olivier Jacque, que con su Yamaha sólo alcanzó los 265,7 km/h. Quizá sea la última oportunidad para las caducas 2T. Al que sí le va bien esta revirada pista es a Melandri, el líder de 250cc y máximo rival de Fonsi Nieto.
