El Atlético arrancó el partido con el sistema que Luis Aragonés quiere imponer esta temporada: un 4-2-3-1. Los desajustes en defensa fueron constantes en esta ocasión y los dos centrales (García Calvo y Coloccini) no terminaron de lograr un buen entendimiento. Los pivotes (Emerson y Movilla) trataron de poner orden en el Atlético ante la avalancha de juego del Oporto. La presión funcionó a medias y el equipo tocó, pero sin conseguir una buena elaboración. Javi Moreno estuvo aislado en ataque, aunque lo intentó en cuanto pudo, pero no encontró la forma de conectar con la línea de tres que formaron Aguilera, Correa y Dani.

Luis cambió de sistema en la reanudación y se decantó por un 4-4-2, con el fin de conseguir más control del juego. Colocó a Javi Moreno y Juan Carlos juntos en la punta de ataque. Con posterioridad, el técnico rojiblanco volvió a cambiar al equipo, que terminó jugando con el 4-2-3-1 de la primera mitad.