Si alguien quiere ver buen fútbol argentino en Barcelona no tendrá que ir al Camp Nou. Maxi Rodríguez, La Fiera, dejó muestras de su clase en el partido que ayer ganó (2-3) el Espanyol al OFI griego en Iraklis. Maxidona levantará el Estadi Olímpic más de una vez. Un fenómeno. En dos ocasiones, el centrocampista hizo que la isla de Creta retumbase. Marcó dos golazos que le vendrán muy bien a nivel colectivo y personal. Desde que llegó el primer día con carita de despistado, éste rosarino ha demostrado tener muchas ganas de integrarse al Espanyol, su nueva casa. Ha hecho buenas amistades en el vestuario y está llamado a ser uno de los referentes del equipo en ataque. Maxi, que cuando regrese a Barcelona podrá disfrutar de la compañía de los suyos, es consciente que en Argentina le siguen de cerca. Lo hace un ex españolista, Marcelo Bielsa, que no tardará mucho en llevárselo con la albiceleste. Al tiempo.

Otro de los que no pierde comba es Jonathan Soriano. Avisábamos ayer que le ha cogido el gusto a esto de abrazarse con los grandes. No falla. Johnny es de esos jugadores descarados que marcará una época en el Espanyol, si nada raro le sucede. Juande le está dando oportunidades y él, poco a poco y con buen letra, se está ganado un puesto entre los mayores. Hizo un gol de oportunismo, de esos que agradecen los entrenadores cuando las cosas no van tan bien como ellos creían, y ganó el partido al OFI local. Y es que a Juande le faltan muchas cosas que pulir. En la primera parte, el equipo se vio falto de ritmo. El asfixiante calor pasó factura a los españolistas, que a pesar de todo supieron remontar un partido que se había puesto complicado. No gustó el conjunto, pero sí las individualidades.

En un fútbol tan resultadista como el que vivimos, habrá gente que se sentirá satisfecha con el resultado. No se engañen. El Espanyol tiene equipo para dar y vender, pero hay que darle tiempo. Juande y sus artistas pueden ser capaces de jugar mejor que ayer.