Gonzalo Colsa está siendo uno de los jugadores más destacados de la pretemporada del Atlético. Sin embargo, este hecho puede no reportarle un gran beneficio a corto plazo. Colsa hablará en las próximas horas con los dirigentes del Atlético sobre su situación en el equipo rojiblanco. En breve se tiene que tomar una decisión al respecto: o se queda o se marcha, siempre cedido, pues en el club tienen mucha fe en su futuro.

Luis Aragonés pidió la temporada pasada la llegada de Colsa, que había hecho una buena temporada en el Racing. El centrocampista, campeón del mundo Sub-20, no rindió todo lo que se esperaba de él. El presidente Gil y su entrenador le achacaron que Madrid y el Calderón le habían venido grande. Que no supo digerir el jugar ante 50.000 espectadores en el Manzanares. Colsa empezó como titular pero fue desplazado por un Txomin Nagore que hizo una temporada sensacional. Y es ahí donde sale a relucir una de las virtudes de Colsa: entre él y Nagore, en teoría el que le quitó el puesto, existe una muy buena relación. Colsa nunca ha planteado problemas pese a no jugar todo lo que él había deseado.

Este año las cosas parecen diferentes para el jugador. Luis no para de darle confianza en los entrenamientos y le insta a que no se venga abajo, pese a que tenga todos los número para abandonar el equipo. En los partidos que le ha tocado jugar, con el teórico conjunto suplente, ha rendido a un buen nivel, el que exhibía antes de llegar al Atlético. El futbolista destaca que "trabajo para hacerme un hueco en el equipo", aunque sabe que su situación no es sencilla.

Mientras, su representante, Fermín Gutiérrez, ya está sondeando el mercado en busca de un equipo de garantías para el futbolista. El presidente Gil le apoya: "Necesita minutos para jugar, pero es de los jugadores que no me importaría que se quedara en el equipo". ¿La solución? En breve. La competencia en el medio campo podría provocar la salida de uno de los jugadores que mejor ha empezado el año.