Gil presume de su pueblo

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Gil presume de su pueblo

Gil presume de su pueblo

jesús rubio

Jesús Gil presume de su pueblo y Burgo de Osma lo hace de su hijo más popular. El presidente rojiblanco se dio ayer un baño de multitudes en su pueblo natal en una jornada que revolucionó la tranquila vida de esta localidad soriana. Gil acudió a presenciar el amistoso entre el Atlético y Osasuna y a la misa que se celebró en memoria de su madre, Guadalupe Gil, fallecida el mes pasado. Las muestras de cariño que recibió el dirigente fueron constantes. Todo el mundo quería hablarle y él, como pez en el agua.

La irrupción de Jesús Gil en el Burgo de Osma paralizó a esta bonita localidad soriana, con una población de 5.000 habitantes incrementada ahora por el turismo veraniego. El presidente fue el primero en llegar y recibió a la plantilla en la puerta del hotel de concentración. Luego comenzó su peregrinaje.

Primero, acudió a la iglesia del Carmen donde se ofició la misa por su madre. Tras este acto, el presidente tardó más de hora y media en recorrer el trayecto entre la iglesia y el restaurante Virrey Palafox. Un paseo que se puede dar en diez minutos. Gil visitó la catedral, recorrió la calle Mayor y acabó en la plaza Mayor, donde estuvo veinte minutos firmando autógrafos. Patxi Izco, presidente de Osasuna, y Antonio Pardo, alcalde de Burgo de Osma, esperaron pacientemente a que el dirigente terminará de firmar, aunque a más de uno se le escapó aquello de "a este paso no comemos". Gil se mostraba feliz: "Me emociono cuando vengo a Burgo de Osma. Aquí estoy con mi gente, feliz, y además he venido por el funeral de mi madre".

Gil recuerda que estuvo en Burgo de Osma los primeros 16 años de su vida y se sentía en deuda: "Le firmé en una servilleta al presidente del club de fútbol de aquí, el Uxama, que iba a venir y aquí estamos".

En la peluquería.

Uno de los que más contento se puso al ver al presidente fue uno de los peluqueros del pueblo, Antonio Pardo, padre del alcalde. Gil entró en su establecimiento para que le peinara. "He matado el hambre gracias a él. Me dejaba una propina de cinco duros cuando valía dos pesetas afeitarse. Siempre paseaba por la calle Mayor con unos zapatos muy limpios, como un señor", recuerda el peluquero.

Otros hicieron su agosto con Gil. León, un señor mayor que vende cachabas, se desplazó desde Esteban de Gormaz, un pueblo cercano, sabedor de que iba Gil y le compraría alguna de sus piezas. Así fue, y el presidente le pagó 50 euros por uno de sus bastones.

El presidente pasó por la casa donde nació "y de donde salí con pañales de oro". Gil nos recuerda que sus padres eran "los más ricos del pueblo" pero una mala administración produjo la ruina familiar: "Guadalupe era cojonuda. No había ni un duro pero estudiamos los tres hijos en Aranda de Duero, algo que entonces difícilmente se podía permitir una familia. Me marché de aquí con una calavera y un esqueleto para estudiar veterinaria, pero lo dejé en cuanto vi la sangre de un burro".

Mientras paseaba, la gente se acercaba a constantemente a Gil. Le pedían entradas, le saludaron los antiguos sacerdotes del pueblo, una pareja de aficionados atléticos de Zaragoza le regaló una imagen del Divino Niño... En definitiva, un día que pasará a la historia de esta tranquila y bonita villa soriana.