Según se pudo ver en el entrenamiento de ayer, Luis ya tiene decidido el once que alineará en Barcelona. Y, salvo cambio de idea de última hora, habrá sorpresa. José Antonio García Calvo, uno de los hombres a priori indiscutibles del plantel rojiblanco, comenzará la Liga sentado en el banquillo del Camp Nou.

El técnico separó a los probables titulares de los suplentes y, ante la sorpresa general, el central madrileño se marchó con estos últimos a un campo anexo mientras Luis explicaba a los once elegidos lo que quiere de ellos el próximo domingo, ensayando tanto la presión como los movimientos de ataque. Por lo que se pudo ver en esta sesión, el Atlético formará con Burgos; Otero, Hibic, Coloccini, Sergi; Albertini, Emerson; Aguilera, Dani, Luis García; y Torres.

La ausencia de García Calvo es aún más sorprendente si tenemos en cuenta la debilidad defensiva que ha mostrado el equipo durante la pretemporada. Tras los cuatro goles encajados el pasado martes ante el Chievo Verona en el Villa de Madrid se había especulado mucho con cuál sería la composición de la línea defensiva rojiblanca de cara al debut liguero.

En ese partido, Luis decidió probar con el ex madridista en el lateral derecho, y Coloccini e Hibic por el centro. El experimento fue un desastre y todo parecía indicar que García Calvo regresaría a su puesto natural junto al serbio, a la espera de que el argentino recupere su mejor forma, alineando así a los mismos dos centrales que tan buen resultado le dieron durante la pasada campaña.

García Calvo fue el atlético más destacado la temporada del ascenso, y sus brillantes actuaciones le han llevado a la Selección de Iñaki Sáez, que cuenta con él para formar, junto a Helguera, la pareja de centrales de los próximos años. Precisamente un golpe sufrido en su debut en Hungría, le hizo bajar el ritmo de entrenamiento durante un par de días, pero su posterior titularidad ante el Chievo y su nueva convocatoria para jugar ante Grecia, hacen pensar que su estado físico es bueno. Por lo tanto, todo parece indicar que la razón de tan sorprendente suplencia es, simplemente, una decisión técnica.