Nadie se preocupa por mi apellido y yo estoy aquí sólo para jugar al fútbol. De cualquier forma, es normal que a la gente le llame la atención mi nombre". Quien así habla es el tercer portero del Atlético B: Marco Chiarno Berlusconi. Y tanto que es normal cuando tu segundo apellido es el mismo que el del primer ministro italiano y alma mater del gran Milán de los Sacchi, Van Basten y compañía.
Marco, de 20 años, ha intentado pasar desapercibido desde su llegada a Madrid, esta misma temporada, escondiéndose tras su apellido paterno, pero si tu tío es uno de los hombres más poderosos de Europa no puedes huir de tu herencia: "Mi relación con Silvio es buena, pero no quiero que se me conozca por eso. No reniego de quien soy, pero he venido a Madrid para seguir aprendiendo y mejorando".
Marco está encantado con su experiencia española, aunque el idioma todavía es una barrera importante en su aclimatación: "Estoy muy bien en Madrid, he hecho muchos amigos en poco tiempo y eso me facilita la vida. Ya entiendo perfectamente el castellano, pero hablarlo todavía me cuesta. Aún llevo poco aquí y debo acostumbrarme a las novedades. Lo mismo le pasa al equipo; por eso empezamos perdiendo (1-2 ante el Corralejo), pero cuando nos conozcamos bien estaremos arriba".
Tal vez por los genes, el Berlusconi rojiblanco es muy ambicioso y no acepta de buen grado oír que es el tercer portero del filial: "Somos tres luchando por un puesto. Juanma y Lledó son muy buenos, pero lucharé por el puesto. No hay un orden establecido" Y en su mente una única meta: "Yo lo que quiero es jugar en el Milán". Lógico.
Otro episodio en el idilio con el Milán
En una de las múltiples conversaciones que este verano han mantenido representantes del Milán y del Atlético, Ernesto Bronzetti, asesor deportivo del club lombardo, habló a los dirigentes rojiblancos de las bondades Marco y decidieron que se incorporara al filial colchonero. Sólo faltaba la conformidad del jugador, algo que, como cuenta él mismo, no fue difícil: "Me llamó Bronzetti y me preguntó si me gustaría ir a Madrid, a jugar en el Atlético. Yo ni dudé y sólo le dije una palabra: Sí. ¿Cómo no iba a querer? Es una oportunidad fantástica para mí".