La afición del Atlético casi no recuerda el último partido que vio ganar a su equipo en Primera. Fue el 19 de enero de 2000, en la decimonovena jornada de la funesta temporada del descenso, y la víctima fue el Mallorca (1-0). El Calderón acogería aún nueve encuentros más aquella campaña, pero no se llevó ni una sola alegría, en lo que es la peor racha de la historia del club. En total, los rojiblancos perdieron 34 puntos como locales, una cifra tan elevada que sólo podía desembocar en Segunda División.

El paso por la categoría de plata mejoró un poco el asunto, pero no tanto como era de esperar en un club del nivel del que se le suponía al Atlético. 22 puntos la pasada campaña y 19 más la anterior volaron del estadio de la ribera del Manzanares.

Luis considera que una de las claves para que el equipo se afiance en Primera es acabar con esta dinámica tan negativa. Si el Atlético convierte su estadio en un fortín, los objetivos rojiblancos podrán ser mucho más ambiciosos. Para ello, es muy importante comenzar ganando al Sevilla la próxima jornada. Ese triunfo aumentaría la confianza de los jugadores y cada vez se sentirían más seguros ante su público, por ello el técnico madrileño concede una especial importancia a este choque.

La mejor afición

El primer paso para lograr este objetivo ya está conseguido. Los 45.000 socios que tiene el Atlético garantizan que la presión ambiental que sufran los rivales será enorme partido tras partido. Si los rojiblancos logran aprovechar esta ventaja, su afición puede llevarles en volandas hasta la Champions League.