Siento que nos robaron la medalla de oro, me siento impotente". Claro como el agua Manu Ginóbili, la cegadora estrella albiceleste, tras perder en la prórroga la final del Mundial ante Yugoslavia.

La palabra robo resonaba ayer en Argentina, que clamaba contra los colegiados de la final, el griego Nikos Pitsilkas y el dominicano Reynaldo Mercedes. El diario deportivo Olé tituló: "Nos cortaron la Manu", jugando con la frase de Maradona cuando dio positivo por efedrina en el Mundial de 1994 ("Me cortaron los pies") y el apodo de Ginóbili.

Y también señaló: "En la FIBA los capos son yugoslavos y se cambian favores con los griegos. Y justo dirigió Pitsilkas, un amigazo". En el diario Clarín se leía: "En los últimos 15 segundos (75-75), dos fallos de los árbitros le impidieron a Argentina quedarse con el partido". La Nación argumentaba que en la prórroga "la selección pagó caro su descontrol por la indignación contra el referí griego".

Mientras, en Yugoslavia, cientos de miles de personas en todo el país se echaban a la calle para celebrar el quinto título mundial de los plavi. En la fiesta hubo cánticos, bailes, sirenas, petardos... pero también pedradas y disparos. Hasta 77 detenidos y 32 heridos en Belgrado. En la ciudad occidental bosnia de Kozarec tres musulmanes fueron apaleados.