Van Maal

Copa del Rey | Novelda 3 - Barcelona 2

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Tres goles de Madrigal y el Barcelona del dúo Gaspart-Van Gaal ya está eliminado de la Copa del Rey. El Novelda, último del Grupo III de la Segunda B, le metió tres goles y reeditó la machada que el año pasado tuvo como protagonista al Figueres.

Sí, el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Lo atestigua Louis van Gaal, en esta su segunda etapa como entrenador del Barcelona. Se fue mal en el año 2000 y vuelve igual de mal, o peor aún. Anoche cayó eliminado por el colista del Grupo III de Segunda B, que le metió tres goles. El Novelda, un grupo muy animoso y decidido, remontó el 0-1 inicial y en una segunda parte intensa reeditó la proeza del Figueres de la pasada edición de la Copa del Rey. Tres tantos de Madrigal sentenciaron al Van-Barça a las primeras de cambio.

Tocó y tocó el Barcelona ante el Novelda, pero con la parsimonia exasperante de un teatrillo de autómatas, sin la velocidad suficiente para abrir la defensa rival y carente de la convicción necesaria para creerse lo que hacía. Es el resultado de los automatismos que pretende Louis van Gaal. Es la fotocopia de aquel Barça burocrático de su primera etapa. Un Barça que aburre y se aburre. Y que sufre y hace sufrir a su afición. En eso también Van Gaal sigue siendo el mismo.

Encontró pronto el gol, gracias a la gentileza de la defensa contraria y a un golpe de suerte en forma de rebote. Riquelme buscó un pase en profundidad para Geovanni, el balón salió desviado por un pie de Gustavo y el brasileño machacó a Rubén con un derechazo ajustado al primer palo. El Novelda, que en ese tiempo se las arregló para llegar hasta Enke con ganas y profundidad, se fue al descanso con sensación de impotencia.

Dormidos

La segunda parte mostró a un Barça pasota, dormido, displicente y, sobre todo, incapaz de llegar con peligro al área de Rubén. Esa actitud general se hizo más patente atrás, donde Reiziger (que había sufrido en el primer tiempo) y De Boer le mandaron un mensaje al lesionado Puyol: que no te pase nada, Carlitos. Reiziger vio cómo Madrigal le montaba un pollo, para el empate. Poco después el nueve local le dio un cursillo práctico a De Boer de cómo sacarse de encima a un defensa apoltronado. El 2-1 puso en pie a La Magdalena.

El árbitro le echó un capote al Barça. Pitó un penalti de Pollo a Rochemback que precedió una falta del brasileño. Tiró Riquelme para el 2-2. Con Mendieta en el campo, el Barça parecía dispuesto a resolver. Había tenido sus oportunidades e incluso marcó algunos goles, pero, ay, sus autores —Geovanni, Gerard y Xavi— estaban en fuera de juego. No encontraba Van Gaal el dibujito mágico en su libreta, ni en la de Jonker, su segundo, ni en la de Hoek, su tercero. Mientras tanto, en vez de tomar notas, Antoni Teixidó mandaba a los suyos al contraataque, con verticalidad y criterio, convencido de que la pareja Reiziger-De Boer era un chollo.

Entonces volvió a aparecer Madrigal, le ganó la espalda a De Boer y a Fernando, se elevó ante la pasividad del holandés y cabeceó el centro que le llegó desde la izquierda. ¿Enke? Bien, gracias, se arrodilló ante el remate del delantero (el único delantero) del Novelda. Y la fue a buscar adentro.

Era el minuto 78 y era tragedia culé. La entrada de Saviola no cambió nada. Reiziger siguió dando risa y el Barça todo, cierta pena. Porque no es justo que esa camiseta ofrezca tal imagen, como no es justo que Bonano chupe banquillo y se haya ido Abelardo para que juegue según quién. Pídanle cuentas a Van Gaal, que ha vuelto.