A la expedición del Barça le atacó una tremenda mudez al final del encuentro. Ni uno de sus jugadores habló al acabar el partido en Novelda. Cariacontecidos, serios, fuera de sí alguno, enfilaron el camino hacia el autocar que los devolvió a casa. Fernando, Rochemback, Xavi, Gerard, Geovanni, Saviola, Dani y Motta estuvieron en la noche triste de Figueres, cuando el KO de la pasada temporada, el 7 de noviembre de 2001. Un año antes, en 2000, fue cuando en la vuelta de las semifinales el Barça no quiso jugar frente al Atlético, que le había derrotado por 3-0 en la ida.

Anoche, además de Van Gaal, compareció el vicepresidente Joan Castells para poner paños calientes: "No se debe hablar de fracaso a estas alturas de la temporada, con otros títulos por disputar. El fútbol tiene estas cosas, esto puede suceder. Las eliminatorias a un solo partido acarrean este tipo de situaciones. El equipo pequeño juega en casa, su público lo apoya, conoce el campo, todo está a su favor". Sea como fuere, lo cierto es que la Copa del Rey sigue siendo tremendamente esquiva para el fútbol catalán. Esta temporada no habrá Copa en Barcelona, tras las derrotas ayer de Barça y Espanyol (1-0, en Alicante). La pasada temporada sucedió igual: a la primera les echaron Figueres (al Barça) y Lleida (a su vecino blanquiazul).