Aprendiendo a vivir sin Raúl y Figo

Es de esperar que el Real Madrid le meta cinco (o seis) a los griegos, así sin mucho despeinarse, y de esta manera zanjar la crisis, hasta el próximo viaje liguero (Deportivo, 2 de noviembre), que esa será otra historia, quizá espeluznante. Es de esperar también cierto ensañamiento con el rival para poner a prueba la cintura de los que ayer criticaban y que hoy, veletas, caerán rendidos ante la magia; los futbolistas gustan de estas venganzas.

Pero cuidado que hay nubarrones. Algunos en sentido estricto, que podrían convertir el campo en piscina. Otros, más difusos. Por ejemplo, los griegos llegan en estado de histeria colectiva, peleados con su presidente y en plena huelga. Y es bien sabido que hay pocas cosas en el mundo tan peligrosas como un enano cabreado. A Tsartas lo dejamos aparte, porque él, en el fondo, va por la vida como si fuera del Real Madrid, gustándose mucho.

Pero quizá lo que entraña más peligro para el campeón de Europa son sus propias ausencias, porque siguen de baja Raúl y Figo, víctimas de sus incontrolados fervores patrióticos. Y para dar más tembleque, tampoco jugará Makelele, sustituido por Celades. También parece seguro que McManaman será otra vez titular, lo que nos hace temer por el futuro de Solari el próximo diciembre. Uno piensa que Miñambres, más interior que lateral, debería ser la opción para relevar a Figo. Pero Del Bosque es sabio. Creo.

Los jugadores contra el ‘presi’

Los jugadores del AEK mantienen un enfrentamiento con su presidente, Makis Psomiadis, que llegó a su punto máximo antes del viaje a Madrid, por los problemas económicos que atraviesa el club. Los futbolistas perderán el 26 % de los 72 euros por minuto jugado que acordaron con el magnate si entraban en puestos de Champions la temporada pasada.

Hinchas griegos en el Bernabéu

50 hinchas griegos se presentaron en el Bernabéu (hoy habrá 200 en el estadio) para animar a los suyos. No pararon de cantar y de jalear a Tsartas y a Nikolaidis. Teniendo en cuenta que la hinchada del Madrid y del Panathinaikos están hermanadas, la del AEK puede ser peligrosa en el Bernabéu.