Mañana se estrena en los cines de todo Brasil Zico, el largometraje documental que ha dirigido Eliseu Ewald sobre la carrera del maravilloso jugador brasileño, para muchos el más grande de su país tras Pelé. Previamente, la película fue proyectada en un pase privado para el protagonista y su círculo más íntimo.

Zico se mostró muy satisfecho con el resultado final de la producción, pues considera que logra transmitir el mensaje que él quería: "Esta película es un drama que transmite una idea que ha sido básica para mí, que para vencer es necesario luchar mucho. Este documental es toda una lección de superación".

La producción repasa los acontecimientos más relevantes de la vida y la carrera de Arthur Antunes Coimbra, desde su nacimiento hace 49 años en la humilde barriada de Quintino (Río de Janeiro), hasta su reciente nombramiento como nuevo seleccionador nacional de Japón.

Entre medias, los acontecimientos que le convirtieron en una leyenda. Su explosión en el Flamengo, donde es considerado la figura más importante de la historia del club; su salto a Europa para jugar en el Udinese, con el que debutó con victoria ante el Real Madrid (2-1 y un tanto) y fue segundo máximo goleador del Scudetto en la 84-85, por detrás de Platini, y sus últimos días en activo en el Kashima japonés.

Pero el grueso del documental está dedicado a cómo aquel chaval esmirriado al que los médicos del Flamengo hincharon a pastillas para fortalecerle se convirtió en el alma de la canarinha durante tres Mundiales (78, 82 y 86). Así formó parte del, posiblemente, mejor equipo de la historia, el Brasil del 82, con aquel centro del campo junto a Falçao, Socrates y Cerezo que el propio Zico definió como "el más perfecto que jamás se vio". Pero le faltó la suerte de ser campeón, igual que cuatro años después cuando falló un penalti ante Francia que supuso la eliminación y marcó el final de una carrera prodigiosa.