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El Perfil | Walter Samuel

El juvenil Luján que asombró a Argentina

Walter Samuel es el central que todos codician ahora gracias a Óscar Samuel, el padre adoptivo por que quitó Luján de su apellido. Un chico sensible que se emociona cuando ve el cuadro de su primo tartamudo Claudio.

Julio Maldinonado
Actualizado a
<B>INDISCUTIBLE</B>. Walter Samuel es ya un central que gusta a todos.

Si alguna vez les hablan de un Walter Luján juvenil que asombró en Argentina a mediados de los noventa, se referirán al Walter Samuel por el que suspira el Madrid para resolver el problema de los centrales. Cinco años después de ganar con la sub-20 la Copa América en Chile y el Mundial de Malasia ese excelente central zurdo e hincha de Racing es uno de los mejores del mundo.

Potente, buen cabeceador, inteligente. Es un líder como pocos, que ya demostró su personalidad cuando decidió cambiarse el apellido Luján por el de Samuel, en reconocimiento a su padre adoptivo Óscar. Fue él quien le llevó a probar con el equipo de Firmat, el pueblo de Santa Fe del que Samuel es ahora hijo adoptivo. Aún se recuerdan los festejos después de aquella Copa America sub-20 en la que se consagró. En el modesto Firmat Samuel empezó como volante izquierdo, e incluso aseguran que era una buen goleador. Pero en cuanto el técnico de las divisiones inferiores de Newell’s, Abel Almada, le vio pensó que tenía un buen defensa entre manos.

Hoy Samuel pensará que todo aquello mereció la pena. Los constantes viajes entre Rosario y Buenos Aires para concentrarse con las selecciones juveniles y los problemas con los estudios. Años después de verse obligado a dejar la secundaria en cuarto, juega ante un Bernabéu que suspira por él. Desde que a los cuatro años conoció a Óscar Samuel ha cambiado todo en su vida. De Newell’s a Boca y desde allí al Roma, que vio muy pronto su categoría. Como todo argentino futbolero admira a Maradona y siempre sintió una especial admiración por Batistuta. Quizá les veamos juntos esta noche. Seguro que se emocionará. Casi tanto como cuando contempla en casa de sus padres ese cuadro pintado por Claudio, su primo sordomudo. ¿Verdad, Walter?