El sacrificio de Mauro

El sacrificio de Mauro

Partido grande en Riazor y el Deportivo parte con la ventaja de saber que Mauro Silva va a multiplicarse. El brasileño extiende la telaraña en el centro del campo y se hace el auténtico dueño de la parcela. Siempre atento a todos los balones, sus piernas van a la misma velocidad que sus ojos, un mérito para un jugador de su edad por el que parece que no pasa el tiempo. Tiene todos los registros, protege muy bien la pelota, la enseña, la roba, la guarda... Y lo más admirable de todo es su capacidad de sacrificio y que siempre ayuda al compañero.

Ayer, Mauro Silva volvió a ejercer de mariscal en el centro del campo durante los 90 minutos del encuentro. Es, sin duda, uno de los futbolistas más rentables de la Liga española y así lo ha demostrado en todas las temporadas. Diez años en el Depor y sigue siendo el alma del equipo, el motor y el equilibrio en el vestuario. Las grandes tardes de Mauro suelen coincidir con grandes tardes del equipo, y más si enfrente hay un rival de la entidad del Real Madrid, al que llaman el equipo de las estrellas.

Pero ayer todo se puso en contra del fútbol. El tremendo aguacero que cayó sobre A Coruña dejó Riazor casi impracticable, sin lugar para las florituras, ni para el control. Y el balón les jugó más de una mala pasada. Con la que estaba cayendo, Javier Irureta y Vicente Del Bosque parecían conformes con el reparto de puntos y así lo dijeron públicamente. O si no era así, tampoco se entienden los cambios. El Deportivo acabó jugando con cuatro mediocentros y, por lo menos, consiguió que el Real Madrid sumara un año más sin ganar en Riazor. Y ya van doce.