Maneras de vivir

Maneras de vivir

Comenta el gran Sabina que el fenómeno prefabricado de Operación Triunfo choca frontalmente con la filosofía atlética. Y tiene más razón que un santo. Los rojiblancos sufrimos desde el primer día. Es la bendita maldición que nos persigue y que nos hace saborear cada éxito como si fuera el último. La misma lucha que han tenido que afrontar siempre los músicos para dar el salto de las fiestas del colegio a los grandes estadios. Al menos, hasta que llegó OT. Por eso, seamos serios, ¿qué pinta ese producto de éxito fácil y seguro en nuestro Centenario? El Calderón no es su sitio. Su hábitat natural es el Bernabéu, donde ya felicitaron sus 100 años al Real Madrid entre grandes ovaciones. Aunque, tal vez, todo hubiera sido distinto de actuar tras aquel partido...

Repasando la historia reciente apreciamos una importante diferencia de estilos. Por Chamartín han pasado Frank Sinatra, Julio Iglesias y, no es broma, el Papa Juan Pablo II. Sin embargo, el Calderón ha albergado, entre otros, el concierto más recordado de nuestra historia, el de los Rolling Stones del 82, un par de exhibiciones de Bruce Springsteen y otra de los Dire Straits. El himno de la onomástica blanca lo cantó Plácido Domingo, el Atlético quiere a Joaquín Sabina. Cómo la vida misma. Uno no duda que ellos sean buenos, pero desde luego lo nuestro es mucho más excitante.

Por lo tanto, la comisión organizadora del Centenario rojiblanco no puede cometer el error de convertirlo en un espectáculo propio del vecino. El rock es la música del pueblo y no hay afición más popular que la atlética. No se ha podido empezar mejor. La presencia de Jagger, Richards y compañía (también casi centenarios y aún rebeldes) es toda una declaración de principios. El siguiente paso debe ser eliminar la alargada sombra de OT y la alternativa es mucho más auténtica. Seguro que no costaría mucho convencer a otro atlético de pro como Rosendo Mercado de que por un día, reúna a los míticos, Leño y toquen Maneras de vivir, con el Mono Burgos a los coros. Y es que, al fin y al cabo, ésa es la diferencia entre ambos clubes.