Satán Hewitt

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Satán Hewitt

Satán Hewitt

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El número uno del mundo ganó su segundo Masters consecutivo tras superar el acoso de Ferrero, que llegó a mandar por 3-1 en el quinto set.

Satán Hewitt sólo tiene un interlocutor válido: él mismo. "No sé de un solo jugador en el mundo que no quiera tener la raza de Lleyton", dice, admirado, su compatriota Woodbridge, la mitad del estupendo doble woodie. "Aunque le vayas ganando por mucho, siempre piensas que te va a remontar", apunta el holandés Schalken, ahora veremos por qué.

Lo de Satán se lo puso... la prensa australiana, a quien Hewitt no concede entrevistas porque en el torneo de Adelaida, su pueblo, en el año 2000, abandonó la pista clamando contra la "estupidez" de su público, que le abroncó por arrojar la raqueta. Prensa y público cerraron filas contra Hewitt y él les devolvió... su desprecio fulminante.

Y, ¿qué se decía Satán a sí mismo cuando perdía por 3-1 en el quinto set de la final del Masters, cuando Ferrero parecía ganador de una terrible batalla de atrición...? Pues... "Siempre extraigo fortaleza de situaciones límite. Sólo sabía que había que seguir peleando, más y más, más del 100%. Recordé cuando iba ganando a Schalken, en Wimbledon, y él me adelantó en el quinto set. Era lo mismo. Y fue la misma solución: keep fighting, seguir peleando en la trinchera... hasta el final".

Rendición

Y al final, Ferrero se le rindió. Como Schalken en Wimbledon. O como Agassi, tantas veces. O como la prensa de Australia, que ahora le mendiga entrevistas, mientras él se hace más y más inaccesible. "Sé que algún día alguien le partirá la cara en una pista o en un vestuario. Me extraña que no haya ocurrido aún", dice Brad Gilbert, ex entrenador de Agassi.

Cabe recordar lo que anticipó aquí mismo maese Trueba sobre el doble harakiri español que fueron las victorias de Moyá sobre Costa y de Ferrero sobre Moyá: todo junto, era como invitar a cenar al doctor Lecter... con la despensa vacía. Un suicidio programado. Así, este Hannibal Lecter que en las canchas de tenis se hace llamar Satán Hewitt se cenó en Shanghai un Mosquito rubito: Juan Carlos Ferrero.

Lo triste es que Ferrero ha jugado en Shanghai el mejor tenis de su vida en pista rápida. Pero ni casi con un 80% de primeros servicios pudo apuntarse uno de los dos primeros sets. Hewitt había ganado por 7-5 cada una de las mangas iniciales al cabo de hora y cuarenta minutos. Ahí...

...Como dice Moyá, el actual Ferrero obliga a jugar "constantemente al 100%, y eso presiona mucho". Tan desgastado mentalmente se vio Hewitt por el sobrenatural esfuerzo de las dos primeras mangas que salió un poco del partido. Ferrero, contra la pared, siguió a tope y estampó un doble 6-2 en la blanquita piel del demonio de Adelaida. En el torbellino, el masajista de la ATP tapó una herida en la mano de Hewitt y vendó el pie izquierdo de Ferrero. Al inicio del quinto set, Hewitt se enfrentaba a un problema de dos caras: recuperar su ritmo y su saque (33% entre el tercer y cuarto sets) y hacer descarrilar el Ferrero Express. A cambio, Ferrero no había parado, y ...

Errores

Y el set final: Ferrero rompió el servicio de Hewitt que, de vuelta y con gesto fiero, quebró el saque del Mosquito, ya con plomo en las alas. Por errores de Hewitt y con sus últimas reservas, Ferrero llegó al 3-1, pero...

De los seis últimos juegos, Satán ganó cinco. Ahí, la raqueta de Hewitt pareció una escopeta hembra en manos del hijo del demonio. Ferrero, roto, echó mano de dejadas y globitos, que Hewitt decapitó puntualmente. Ganó Satán. Cenó Lecter. Pero algún día, Lleyton Hewitt, un personaje de Leni Riefenstahl, se dará cuenta del frío que hace en la cima de la montaña...