Aquel Milán del 5-0 dejó tocada a una generación de madridistas, los que no habían disfrutado de las seis primeras Copas de Europa. Aquellos títulos pertenecían a sus padres, que parecían haberlas ganado jugando en el centro del campo con Di Stéfano, ese sí que era bueno, chaval. Por eso era tan importante La Quinta del Buitre y por eso fue tan importante perder ese día.
Viéndolo con perspectiva, no es raro que muchos de los jóvenes de entonces se emanciparan en tromba entre la Séptima y la Novena, pasados los 30 años, víctimas de un extraño complejo: no esperaban una novia sino una Copa de Europa.
En fin, que aquel Milán era todo lo que el Madrid quiso ser y todo lo que ha acabado siendo: el mejor equipo de Europa. Pero siempre quedó en aquella generación una sensación de cuenta pendiente, un ánimo de venganza, nunca parecimos tan bajitos que ante Gullit y Van Basten. También quedó un cierto temor: no hay que olvidar que ese Milán terrible estuvo a punto de igualar al Madrid de las seis copas en una final que le ganó el Ajax de Van Gaal con gol de Kluivert, qué ironías.
Por eso significa tanto el partido de hoy. Porque se encuentran los dos últimos reyes, el Madrid en el trono y el Milán de vuelta, final anticipada lo llaman algunos. "El derby de Europa", así lo ha bautizado Adriano Galliani, segundo de Berlusconi.
Deportivamente, el Madrid se presenta con importantes bajas (Ronaldo, Makelele, Hierro...) y justo ayer Guti, que también será duda para Japón. Sin embargo, el regreso de Zidane hace olvidar cualquier morriña. Y su presencia debe impresionar también al Milán, que no olvidará, seguro, que en San Siro la Juve les ganó 1-6 (6-4-97) con Zidane de mariscal (incluido un gol).
Pero el Milán tampoco mostrará todas sus cartas esta noche (mejor en la final), pues parece que Ancelotti no alineará de salida a lo mejor de su arsenal: Rivaldo, Pirlo e Inzaghi. Sí jugarán Shevchenko y Rui Costa, lo que no es tontería.
El estado de ánimo de ambos equipos viene marcado por su pasado más reciente. El Madrid salió como un héroe de Barcelona, porque a pesar de conseguir un empate pelado se siente como si hubiera ganado una guerra. En Milán no lloverán cerdos ni jotabés, sino chuzos de punta. Y la cosa se agradece. El Milán viene de ganar al Inter y se siente como el Brasil del 70 (estaban acostumbrados a la miseria gattusiana).
Por cierto, nunca ha ganado el Madrid en San Siro en competición oficial y quizá sea ese el único trauma que queda por curar.
Del 5-0 al 1-5
El 14 de abril de 1989 el Real Madrid perdió 5-0 contra el Milán en el partido de vuelta de las semifinales de la Copa de Europa (1-1 en la ida, goles de Van Basten y Hugo Sánchez). Ancelotti, Rijkaard, Gullit, Van Basten y Donadoni marcaron por los italianos en San Siro. Once años después, el 2 de agosto de 2000, el mismo día que el Milán cumplía cien años, el Madrid vengaba la afrenta al vencer 1-5 y llevarse el Trofeo del Centenario. Guti, con dos tantos, Morientes, Rivera y Etoo golearon por el Madrid; Shevchenko anotó por el Milán.
