Esa es la cuestión

Esa es la cuestión

Parece indudable que, a día de hoy, toda la capacidad de mejora del Real Madrid se aglutina en el centro del campo; sólo allí se pueden intercambiar jugadores sin provocar cataclismos (deportivos o empresariales). El eje de la defensa es una historia que se resolverá (o debería) a final de temporada. El caso es que debido a la acumulación de maravillosos jugadores ofensivos, lo que debería ser una bendición se convierte en un dilema: el Madrid juega con dos centrocampistas y por ellos debe pasar todo, lo que va y lo que viene.

De los dos náufragos se espera que repartan y defiendan, que recuperen y agilicen; en resumen, que estabilicen un sistema inestable. Cambiasso y Makelele lo lograron durante un tiempo, pero bastó que el argentino (el más talentoso) bajara su rendimiento para que el equipo se balanceara como un columpio, o ataque o defensa. Es injusto cargar sobre él toda la responsabilidad del mal juego (estoy seguro de que acabará siendo fundamental), pero el equipo debe buscar otras soluciones (y a Ballack, cielo santo, lo dejaron escapar).

Y llegamos a Guti. Su incorporación en el doble pivote no sería nueva para él y abriría caminos distintos, daría alegría al equipo (incluso junto a Cambiasso) y sobre todo serviría para encontrar acomodo a un futbolista que es mucho más que el eterno recambio.