Es en campos como el del Málaga, pequeñoburgueses, donde se ganan y se pierden las Ligas. En lugares así se comprueba si los aspirantes son capaces de resolver los problemas más comunes, los que llevan al título. En el fondo, la Liga no difiere mucho de un curso de bricolaje en el que importa tanto lo sencillo, colgar un cuadro, como lo imposible, localizar el tubo sifónico.

En contra del tópico adormidera ("sólo son tres puntos"), el Madrid se juega asuntos más etéreos que tienen que ver con la credibilidad y la confianza. A saber: seguir el ritmo de la Real Sociedad (a ocho puntos) y alcanzar, por fin, velocidad de crucero. En busca de todo ello, Del Bosque estrena equipo y esquema. La inesperada baja de Cambiasso (tendinitis en la rodilla izquierda) no será cubierta con Guti, sino con Solari, que se pegará a la izquierda. Zidane retrasará su posición y manejará el equipo junto a Flavio, quizá por delante de él. Interesante.

El foco.

No obstante, Ronaldo volverá a ser el protagonista. Su vida silvestre le ha puesto en el ojo de huracán y la cercanía de las vacaciones navideñas (mañana viajará a Brasil) ha hecho que ya circulen apuestas clandestinas sobre su regreso a España: se acepta día, mes y año. El 29 de diciembre, fecha en que está citada la plantilla se cotiza a la baja. Como Ronaldo suele despejar dudas y bromas con goles o golazos, la cosa promete.

Pero el Málaga no le pondrá el asunto fácil al Madrid. También sufre bajas (Romero y Gerardo), pero es un equipo con suficiente personalidad para sobreponerse. Y eso es obra de Joaquín Peiró (vacilón como Luis y templado como Del Bosque); el entrenador que ascendió al equipo, lo consolidó en Primera y lo tiene ahora de conquista por Europa. Y todo con una clara filosofía claramente ofensiva, a la que contribuyen dos delanteros como Dely y Darío Silva, poco ortodoxos pero muy efectivos; o Sandro, el favorito de Valdano, o el mismo Musampa (Kiki), que llegó dudoso y ahora está que se sale.

Un dato: el Madrid es el único equipo al que no ha ganado Peiró desde que es entrenador. Pero nunca he sabido si las estadísticas sirven para marcar una tendencia o para anunciar el cambio. Veremos.