Jesús Gil ya está en su domicilio. El presidente del Atlético abandonó ayer, a las 11:45 horas, la clínica La Luz, donde el pasado viernes se le implantó un marcapasos para regular su ritmo cardiaco. Al dirigente se le hicieron unas pruebas a primera hora de la mañana y el cuerpo médico encabezado por el doctor Ajuria determinó que podía marcharse a su casa.

Gil dice que "me encontré a la salida con un señor de 92 años, al que le iban a poner el tercer recambio del marcapasos. Me decía que estaba como un toro. Yo me encuentro muy mejorado y rápidamente he notado el beneficio del aparato que me han colocado. Me faltaba el riego y me costaba memorizar las cosas. Ahora lo tendré más fácil. La verdad es que debía cuidarme mucho más de lo que lo he hecho. Corría un grave riesgo y es posible que se hayan solucionado un poco los problemas que tenía".

El dirigente tiene que volver el próximo miércoles y viernes a revisión médica: "Luego, serán mucho más espaciadas". El presidente del Atlético, que espera que su equipo "dé la talla en el partido de Villarreal", considera que a pesar de que quiere llevar una vida más sosegada, "algún día me moriré en el palco del Calderón. He dicho que moriré por el Atlético y ya veremos si no sucede esto que digo". Gil, en alusión a los problemas con la Justicia, dice que espera que a partir de ahora "me dejen ya un poco en paz". Para empezar, el dirigente pasó ayer todo el día junto a su familia.