El Zaragoza asusta hasta a los árbitros

Segunda | Zaragoza 2 - Leganés 2

El Zaragoza asusta hasta a los árbitros

El Zaragoza asusta hasta a los árbitros

javier belver

Castillo Estévez le quitó el triunfo al Leganés al inventarse un penalti.

A Rebosio se le conocen un buen puñado de virtudes futbolísticas. Es rápido y práctico, ha conseguido serenar su ímpetu en el área y suele elegir bien cuando se trata de iniciar el juego. Además, ayer unió a su perfil profesional un poder de convicción extraordinario. O el árbitro tenía muchas ganas de pitarle otro penalti al Zaragoza o le impresionó tanto ese gesto de Rebosio en el tiempo añadido, apuntando con tanta seguridad hacia los once metros, que se creyó lo que no había ocurrido en el área del Leganés. Todo el mundo vio que el balón le dio a Macanás en su hombro izquierdo, pero para Castillo Estévez fue un manotazo en toda regla, un penalti de libro.

El caso es que entre Rebosio y el árbitro le tiraron un salvavidas al Zaragoza cuando todo estaba perdido, cuando la victoria ya se había montado en el autobús visitante y cuando La Romareda se había quedado helada. Un árbitro así es lo que piden cada año los hinchas más forofos en su carta a Reyes. Al Leganés se le quedó cara de tonto, porque parece que, en Segunda, el Zaragoza asusta hasta a los árbitros. Para Flores no puede haber mejor noticia. Yordi, que se ha especializado en esta suerte suprema, no falló y el empate se celebró con algarabía.

Todo eso sucedió en los últimos instantes del descuento, pero antes hubo un partido entero que tuvo mucho de ladrillo y poco de fútbol. Es decir, como casi siempre. La única diferencia es que esta vez al Zaragoza no le alcanzó con un golito para ganar. El equipo de Flores se encontró un rival asustadizo y sin recursos, pero no supo rematarlo y luego Miguel Ángel estuvo a punto de hacer saltar la sorpresa.