Presión Real

Primera | Athletic-Real Madrid

Presión Real

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aguilera/aitor martín

La victoria de la Real hace todavía más importante la visita del Madrid a San Mamés. Para el Athletic, a tres puntos del descenso, el choque también es vital

Si hiciéramos el ránking de los partidos especiales de Liga, los apasionantes, aquellos que siempre apetece ver, sin importar clasificaciones ni puntos, además de los derbis que están pensando, se nos colaría, seguramente, un Athletic-Real Madrid, en ese orden y no al revés, en San Mamés, quiero decir, por campo telegénico, y por igualar.

En este tipo de partidos, los especiales, resulta imposible ser imparcial, hay que ir con alguien, y además es totalmente inútil pronosticar, pues la relativa superioridad de uno se compensa con el fervor del otro y cuando al menos se está seguro de eso, sucede que va un equipo y golea.

Así es el Athletic-Madrid. Parece infinitamente mejor el equipo de Del Bosque, pero también lo parecía la temporada pasada y perdió 2-1 en sus dos visitas a San Mamés (Liga y Copa), víctima de la transformación hulkiana que experimentan los locales. Y es que el Athletic que, casi nunca es mal equipo, es mucho mejor ante el Madrid.

En esta ocasión todas las debilidades de los bilbaínos se concentran en la defensa, más bien blandita. Porque de cintura para arriba, el Athletic puede ser hasta esplendoroso: Alkiza, Yeste, Etxeberria y Urzaiz. Este último, el menos dotado técnicamente, se basta para enloquecer a Hierro y Pavón, me temo; la ausencia de Helguera (que no es central nos pongamos como nos pongamos) se nota siempre.

El rendimiento del Madrid, que suele ser una incógnita tirando a victoria, se ve favorecido por la mística que emana de La Catedral, que ha terminado por seducir a los galácticos (de Zidane a Ronaldo pasando por Del Bosque), que se han encargado durante toda la semana de elogiar al santo al que no se comieron los leones, San Mamés de Cesarea y Capadocia, patrón de los lactantes y los fracturados (lo juro).

No hay que olvidarse tampoco de Heynckes, buen entrenador (en su día) que llevó al Madrid a ganar una Copa de Europa 32 años después y luego fue despedido. Desde aquella fecha cada vez está más perdido y más rojo. Es de suponer que albergará sentimientos vengativos desde entonces; tal vez sea ese el motivo de sus tonalidades encarnadas.

El partido de hoy es todo lo intenso de siempre y algo más. Después de la victoria de la Real ante el Atlético (nunca sufrió una derrota más dulce) el Madrid no puede dar más ventaja: la Real tiene la misma pinta de desinflarse que Gil. Y cuando venga la Champions los madridistas correrán con una bola de plomo.

Para el Athletic el partido no es menos importante: están a tres puntos del descenso y el abismo tiene imán. Una derrota les podría meter en el pozo y una victoria es posible que solucionara todas las dudas. Como ven, no falta ni un ingrediente... ¿Quién dijo Julen?