A los niños de Bélgica aún les cuentan que el Duque de Alba, el de antes, no la de ahora, fue un ogro a las órdenes del Rey de España: el de antes, no el de ahora. Los tenistas belgas creerán por el resto de sus días que Sevilla linda con Roland Garros y el frío de París: y eso que la Feria del Toro está al lado de las pistas de tenis y Malisse estuvo en la Maestranza. Para matadores, los españoles.

En vísperas de la eliminatoria, en Sevilla se superaban los 20 grados y la gente tomaba el sol, descamisada. A la hora de la verdad, Ferrero, Chris Rochus, Moyá y Malisse jugaron en un escenario digno de Centroeuropa, o de Flandes, entre un bajón térmico superior a los 10 grados en menos de 24 horas.

Consecuencia uno: la pista se ralentizó y, sin sol, las bolas se endurecieron... como en Roland Garros o en Hamburgo. Consecuencia dos: los españoles pasaron sobre los pobres belgas como... los Tercios de Flandes a las órdenes del Gran Duque de Alba. Aquí de Pérez Reverte...

Dice Ferrero que tanto hablar de la Reconquista de la Davis pone "más presión" al equipo español. Con lo que hay y habrá enfrente y con lo que tenemos nosotros, esa presión es la que deben resistir los campeones.

Porque la eliminatoria, salvo hecatombe que no sería inédita en la historia de España (también se perdió Flandes, claro), está muy liquidada. Los belgas recurrieron a la treta de hacer jugar a Christopher, el peor de los hermanos Rochus, porque, en teoría, podía poner a Ferrero en tantos problemas como Santoro... pero sin las piernas, los cortados ni la maldad del francés. Ferrero arrasó y se permitió el lujo de cerrar el partido con un parcial de 5-0, desde un 5-2 para Rochus en la última manga: con 5-3, el belguita tiró un punto de set. Y ahí se rindió estrepitosamente, como si estuviera en Amberes, Breda... o Roland Garros.

Con 105 minutos de suspensión por lluvia, tras el juego inicial, Moyá tuvo mérito ante el bon vivant Malisse, chico bronceado en Bradenton, Florida, que mandó por 5-3 en el primer set. En Bradenton se entrena, por ejemplo, el hijo del propietario de la cadena musical Bose. Pero Charly remontó a base de derechazos al corazón del belga y ganó su primer tie break del año.

Ahí, Malisse se fue del partido y Moyá, todo control, le acribilló: 6-1 en el segundo. En el tercero, Malisse peleó y casi se mata al enredarse en la red tras una dejada de Moyá. Con 6-5, el belga salvó dos bolas de partido, pero no pasó del tie break: 2-0 para España y sin el Duque de Alba: hoy llegan el doble... y Arantxa.