El Madrid era un impostor

El Madrid era un impostor

El Madrid de baloncesto era un impostor en la Euroliga. El año pasado no se clasificó para la competición continental al ser derrotado en los playoff por el Estudiantes. Éste era el equipo al que le correspondía jugar la Euroliga. Pero el baloncesto, la ACB en este caso, tiene acuerdos tan extraños, o tan interesados, que el Madrid compró por 50 millones su plaza continental al Estudiantes. Méritos anteriores le conferían este derecho y lo ejerció. Pues en el pecado lleva la penitencia. No ha podido hacer mayor ridículo. Para que no ande comprando honores que no le corresponden.

La sección de baloncesto anda muy equivocada al pensar que con dinero se arregla todo. El club paga a los jugadores más de lo que valen, y cuando un sueldo está sobredimensionado suele ocurrir que quien lo percibe se cree dotado de una importancia que no tiene. El resultado, en el caso del Madrid, es que a la hora de defender, de sacrificarse en la cancha, un tío que gana más de 100 millones está convencido de que cuestiones tan terrenales no son para él, y como además le pagan tanto, carece de alicientes económicos para luchar toda una temporada por un título que, incluso, a lo peor ni llega.

La plantilla del Madrid, puesta en otra ciudad y cobrando la mitad, seguro que no lo hacía tan mal. Pero al club le ha dado por tirar el dinero en la sección, y eso que en marketing su gasto es cero. El hecho de compartir el mismo nombre que el club de fútbol le supone una autopromoción como no tiene ningún otro equipo en el mundo. Pues ni con esas. Gasta y gasta en despidos, en fichajes, en comisiones, sin mirar que los ingresos que se obtienen en el Pabellón, aún si se llenara todos los partidos, no dan más que para cubrir el 6% del presupuesto. Y así, con esta gestión, no extraña que ahora ni títulos ni dinero.